Envuelto: Una Reflexión sobre las Promesas de Dios en el Salmo 91Sample

Después de haber considerado las características de quienes están envueltos, concentrémonos ahora en los compromisos del que envuelve.

Los compromisos de Dios son tan firmes, definidos y tenaces que a veces nos cuesta creerlos. Como ayuda mnemotécnica, he desarrollado un acrónimo para habitar en la cobertura del Soberano. Él nos ABRIGA:

• Él nos envuelve y cubre con Su Abrigo fiel,
• Bendita redención,
• Rescate oportuno,
• Intervención que libera,
• Guía segura y,
• Alivio que levanta.

Estas acciones son simultáneas, no secuenciales. Todas ellas son siempre verdaderas. El que envuelve nos cubre con Su abrigo, ya enfrentemos dificultades generales, enfermedades específicas, angustias continuas o la muerte que se avecina.

¿Cómo aplicamos estas promesas? Siempre vivimos de acuerdo con lo que es conocido —Sus promesas reveladas— y siempre confiamos en lo que es desconocido —Sus propósitos no revelados.

Algún día comprenderemos perfectamente cómo convergieron Sus promesas reveladas con Sus propósitos ocultos. ¡Una de las bendiciones de una vida larga! Cuanto más vivimos, más claramente comenzamos a ver los contornos de Sus movimientos misteriosos. A medida que experimentamos la salvación en la eternidad, entenderemos que Dios nunca incumplió Sus promesas.

La semana antes de comenzar el tratamiento, escribí en mi cuaderno el Día de los Inocentes, 1 de abril de 2022: “Dios, no nos harás quedar como tontos por creer en ti, aunque parezcamos tontos por obedecerte”. El día después de terminar mis seis semanas de tratamiento diario de lunes a viernes, escribí: “Mi seguridad está en ti; mi estabilidad está en ti; mi fuerza está en ti; mis estrategias y logros están en ti. Alabado seas: mi salvación está en ti”.

Y luego hice algo que no hacía desde mi infancia. Escribí una oda, una segunda estrofa personal de la doxología que se canta en todo el mundo. Cántala conmigo:

Alabado sea Dios, de quien proviene toda sanidad (cf. de quien fluyen todas las bendiciones)

Alabado sea en la tierra por lo que ha hecho (cf. alábenle todas las criaturas aquí abajo)

Alábenlo, hijas e hijos redimidos (cf. alábenle los ejércitos celestiales allá arriba)

Alaben al Salvador, Pastor y Soberano (cf. Padre, Hijo y Espíritu Santo)

AMÉN