Envuelto: Una Reflexión sobre las Promesas de Dios en el Salmo 91Sample

Ayer examinamos cuatro metáforas en el Salmo 91:1-2. Hoy veremos cuatro nombres de Dios incluidos en estos versículos.
Altísimo: El peor pecado en el Antiguo Testamento es divinizar a alguien (o algo) que no sea Dios: ¡la idolatría! Aunque los ídolos no son nada, la Biblia no niega que otros “dioses” sean adorados. Sin embargo, reserva el título de Altísimo exclusivamente para Uno. Elyón es soberano sobre toda la realidad.
Todopoderoso: Por definición, un todopoderoso pertenece a una clase única. No puede haber dos “todopoderosos”. A diferencia de los boxeadores que compiten por los cinturones más codiciados, el cinturón de competencia de Dios jamás se retira ni se entrega a otros, aunque surjan retadores más jóvenes, fuertes o brillantes. El poder de Shaddai, el omnipotente, se asemeja a una fuerza majestuosa como la de las montañas.
Señor: Esta versión, escrita con todas las letras en mayúsculas, es YHWH. Comunica la identidad revelada de Dios (Éxodo 3:14): Su existencia eterna y causal. Él es el que hace pacto, lo cumple y salva. El Señor está comprometido con Su pueblo en amor constante.
Dios: Esa frase popular: “¡Solo hay un Dios, y tú no eres Él!” describe bien a Elohim. La raíz del término implica principio y fin. Él es el único creador y soberano del cielo y de la tierra.
El Nuevo Testamento aplica los nombres de Dios en el Antiguo Testamento al Señor Jesucristo: el Alfa y la Omega, el primero y el último, el que es, era y ha de venir, el Todopoderoso, Rey de reyes, Señor de señores (Ap. 1:8, 17–18; 5:11–14; 19:16).
Recientemente conocí a unos “refugiados por partida doble”. Tres familias trabajaban en la base aérea estadounidense en Kabul hasta que huyeron a Ucrania tras la retirada de la protección militar. Tristemente, Rusia invadió Ucrania. Una vez más, con solo una maleta, caminaron hacia Alemania.
La política alemana de acogida —no del todo altruista— recibe al extranjero en su santuario. Cada ciudad ha convocado voluntarios que hospedan y alimentan a los refugiados hasta que puedan establecerse. La única condición: deben aprender el idioma para habitar bajo el abrigo y la sombra de sus protectores. ¿Alguna vez te has considerado un refugiado espiritual vulnerable? ¿Qué tal si pasas de pedir asilo a residir en el refugio de Dios?
About this Plan

Este plan de nueve días explora el Salmo 91, y ofrece consideraciones personales y pastorales sobre el carácter y las promesas de Dios. A través de la meditación y la reflexión en las Escrituras, los participantes serán animados a confiar en Dios como su refugio, sombra, santuario y fortaleza, incluso cuando no comprendan plenamente Sus caminos.
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