Día 6

ESPERANZA QUE SE CUMPLE

María y José, mantuvieron la esperanza firme en las promesas que Dios les había dado por medio del ángel, así que siguieron al pie de la letra las instrucciones que el ángel les había dado y nombraron al niño Jesús, que significa Salvador.

La historia de Jesús está repleta de humildad, parece ser que son los humildes de corazón los que son capaces de reconocer al Salvador. Simeón esperó con paciencia hasta que vio realizado el cumplimiento de la promesa de Dios, lo que se transformó en un cántico de alabanza. De igual manera, Ana, la anciana profetisa, al contemplar a Jesús, reconoció en él la esperanza para el pueblo de Dios. Ambas historias reflejan que la esperanza verdadera motiva la adoración y la gratitud a Dios por su fidelidad.

Este relato nos anima a recordar que Dios siempre cumple lo que promete, aunque a veces debamos esperar con paciencia. La esperanza se fortalece en quienes mantienen un corazón humilde y confiado, capaces de reconocer la obra de Dios en cada circunstancia. Al experimentar el cumplimiento de sus promesas, nuestra respuesta debe ser alabarlo con alegría, sabiendo que la esperanza que Él siembra en nosotros es fuente de transformación y luz para todos los pueblos.