Día 2

ESPERANZA QUE LLAMA A CONFIAR

En esta historia podemos notar cosas muy interesantes sobre María. En primer lugar, nunca antes había estado con un hombre; en segundo lugar, estaba por casarse con un hombre llamado José, descendiente del rey David; en tercer lugar, ella tenía el favor de Dios.

A veces no pensamos en lo que María tuvo que vivir por llevar en su vientre al Hijo de Dios. Ella no estaba casada, era virgen pero estaba embarazada ¿quién le creería que el bebé que llevaba había sido puesto por el Espíritu Santo en su vientre? Seguramente tuvo que pasar bastantes momentos difíciles por esperar ver la promesa de Dios cumplida en ella y en el que sería el Salvador del mundo.

Muchas veces debemos atravesar los momentos difíciles para poder ver las promesas cumplidas. En medio de la adversidad, no debemos perder la esperanza, al contrario, debemos confiar más firmemente en el Señor pues para él nada es imposible.

Hoy podemos tomar la actitud de esta admirable jovencita, diciendole al Señor con fe y llenos de espeanza: “¡Somos tus siervos! que se cumpla todo lo que has dicho acerca de nosotros".