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Una vida de intimidad con DiosSample

Una vida de intimidad con Dios

DAY 38 OF 365

Las armas del diablo II

¿Recuerdas el juego de los barquitos? El desafío era hundir la flota naval enemiga. En el plano espiritual la batalla es real y los participantes son dos: el diablo y el creyente. El campo de batalla no es el agua, sino la mente y; el objetivo no es hundir barcos, sino destruir nuestro mayor capital espiritual: la comunión con Dios, la fe, la paz, la libertad y el amor. ¿Cuáles son las armas que el diablo utiliza para lograr sus objetivos?:

La ofensa. La falta de perdón es el arma preferida del diablo para lastimar nuestra relación con Dios: Perdonen... para que Satanás no se aproveche... pues no ignoramos sus artimañas”, 2ª Corintios 2:10-11 (NVI). La falta de perdón deja al descubierto el estado espiritual deteriorado de una persona. Es imposible tener comunión con Dios mientras se guarda rencor en el corazón: “Si perdonas... tu Padre... te perdonará... Pero, si te niegas a perdonar... tu Padre no perdonará tus pecados, Mateo 6:14-15 (NTV). Cuando retenemos perdón el diablo alcanza nuestro mayor capital: la comunión con Dios y canta: ‘averiado’. Y si perseveramos en no perdonar pronto cantará: ‘hundido’. ¡Perdona aunque tu corazón no lo apruebe! ¡Perdona aunque no lo sientas! La falta de perdón aleja a Dios y también su bendición. Si no perdonamos Dios no contestará nuestras oraciones: “...Oren por cualquier cosa, y si creen, la recibirán... Pero cuando oren, perdonen a los que les hayan hecho algo, para que el Padre... les perdone a ustedes sus pecados...”, Marcos 11:24-25 (NT-BAD).

Muchas personas y aun creyentes no quieren perdonar y guardan resentimiento en sus corazones. Es posible que sigan siendo hijos de Dios, pero la comunión con su Padre está arruinada. ¿Puedes entenderlo? La falta de perdón detiene el río de la bendición que Dios quiere hacer fluir en tu vida. ¿Has perdonado a todo el mundo? ¿Te resulta difícil hacerlo? Entonces reflexiona en el perdón que Dios te ha dado. ¿Recuerdas el día que estuviste delante del trono de Dios rogándole clemencia por la millonaria deuda que tenías con Él? ¿Recibiste misericordia y perdón? Claro que sí. Y si Dios te perdonó estás en el deber de perdonar, Colosenses 3:13. ¿Quién es esa persona que te lastimó, te debe dinero, te fue infiel, te acarició imprudentemente o te calumnió? Perdónala. Tú serás el primer beneficiado: te acercarás a Dios y su bendición se acercará a ti. Serás libre de la amargura y la paz sanará todo tu ser. ¡Perdonar es el mejor negocio de la vida!

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Una vida de intimidad con Dios

Cada día es una oportunidad para experimentar la presencia del Señor. Dios mismo es quien te extiende la dulce invitación para el encuentro santo: "Mi corazón te ha oído decir: «Ven y conversa conmigo». Y mi corazón responde: «Aquí vengo, SEÑOR»" (Salmo 27:8).

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