Una vida de intimidad con DiosSample

Protocolo para obtener el favor del Rey
“Asuero se enamoró de Ester como nunca se había enamorado de ninguna mujer. De tal manera se ganó ella su cariño, que Asuero la favoreció más que a cualquiera de las otras jóvenes que habían estado con él, y le puso la corona real en la cabeza y la nombró reina...”, Ester 2:17 (DHHe).
¿Qué hizo Ester para conquistar el corazón del rey? ¿Acaso lo sedujo con su juventud y belleza? ¿Le ofreció un presente que él no tuviera? Asuero era sumamente rico. Su reino abarcaba más de veinte naciones y los límites de su imperio se extendían desde la India hasta Etiopía. También tenía un numeroso harén con las mujeres más hermosas de todo el mundo. Entonces, ¿qué fue lo que hizo? Ester 2:15 nos revela el secreto: “Cuando a Ester... le llegó el turno de presentarse ante el rey, ella no pidió nada...”, BAD. “Ester... fue vestida con la ropa que Hegai le aconsejó ponerse”, Ester 2:15, TLA.
Las otras jovencitas se sintieron atraídas por el esplendor del palacio, las joyas y la abundancia de riquezas. Ester, en cambio, se sintió honrada por la presencia del rey.
Ester estimó, valoró y consideró de mayor importancia la presencia del rey que su favor. Pensó en él y no en ella misma. Incluso, más adelante, Asuero le ofrecería tres veces la mitad de su reino, sin que ella aceptara: “El rey le preguntó: — ¿Qué deseas, Ester? Te daré lo que me pidas. Hasta la mitad de mi reino te daría si me lo pidieras”, Ester 5:3, 6; 7:2, TLA. Ester dio muestras de que no buscaba beneficios personales sino que amaba al rey.
Si quieres conquistar el corazón del Señor sigue el consejo de Ester: ¡Enamórate del Rey!
Ester se enamoró del rey; las demás, del esplendor de su palacio. Ester fue tras el corazón del soberano, las demás, tras sus regalos. ¿Cómo lo sabemos? Porque siguió el consejo de la persona que mejor lo conocía: su asistente personal. Se vistió pensando en lo que al rey le agradaba: eligió su color favorito, usó el perfume que más disfrutaba y tuvo en cuenta cada detalle que Hegai le comentara en relación al rey.
“Amado Señor, te pido perdón por buscar mi bendición en lugar de tu presencia. Hoy comprendo que ocuparme de ti es mi máximo privilegio. Que pueda amarte cada día más. Que mi vida sea un canto de amor que alegre tu corazón. Amén”.
About this Plan

Cada día es una oportunidad para experimentar la presencia del Señor. Dios mismo es quien te extiende la dulce invitación para el encuentro santo: "Mi corazón te ha oído decir: «Ven y conversa conmigo». Y mi corazón responde: «Aquí vengo, SEÑOR»" (Salmo 27:8).
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