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Una vida de intimidad con DiosSample

Una vida de intimidad con Dios

DAY 36 OF 365

Nuevos comienzos

“...Jehová me habló... con mano fuerte”, Isaías 8:11 (RV95).

Dios nos habla en el lenguaje que mejor conocemos, no a través del oído sino de las circunstancias. Eso quiso decir Isaías. A veces le pedimos a Dios que cambie una situación sin saber que Él nos colocó en ella para trabajar en nuestras vidas. Si le permitimos al Señor hacer su obra, la bendición vendrá detrás del quebrantamiento. En cambio, si resistimos el proceso de quebrantamiento Dios no nos destruye, pero sí nos aplaza indefinidamente y permaneceremos sin ser usados. Mateo 10:27 dice: “Lo que ahora les digo en la oscuridad...”, NTV.

Cuando Dios te lleve a una época de oscuridad y tinieblas cierra la boca, escucha y aprende. Si la adversidad nos hace buscar a Dios, ¡bendita sea esa situación!

Jesús oró para que estuviéramos tan unidos a Él como Él lo estaba con su Padre. “No pido solo por ellos, sino también por los que creerán en mí... Te pido que... ellos se mantengan unidos a nosotros...”, Juan 17:20-21 (TLA). Una mala temporada podría ser el resultado de su oración. ¡Es que casi siempre los problemas nos llevan de regreso al Padre! El quebrantamiento en nuestra salud reavivó el deseo de buscarlo intensamente. Dios emplea el quebrantamiento para llevarnos a una posición de absoluta dependencia. Y, cuando eso sucede, estamos en condiciones de ser bendecidos. ¿Estás colaborando con Dios a dar respuesta a la oración de Jesús? Tienes que deshacerte de todas aquellas cosas a las que estás aferrado antes de que Dios pueda usarte. ¡Con frecuencia el Señor tiene que ‘arruinar’ una vida antes de hacer una gran obra a través de ella!

El período de quebrantamiento en tu vida no es el fin, sino un proceso hacia un nuevo comienzo que será más glorioso.

El propósito de Dios para nuestra vida no es hacernos famosos, prominentes, prestigiosos o ricos. Su propósito es llevarnos a la posición en la que renunciemos a todo y reconozcamos que lo único de valor en esta vida es Dios y solamente Dios.

Toma unos minutos para orar y entregarle al Señor tus asuntos, preocupaciones, dolores y ansiedades. Renuncia a tus caprichos y pídele que transforme tu vida. Clama por la llenura del Espíritu Santo. ¡Dios coronará tu petición con su favor!