LA VIUDA DE SAREPTA

EL DUEÑO DE LA PROVISIÓN QUIERE BENDECIRTE

La viuda de Sarepta es la protagonista de esta esperanzadora historia de provisión. Ella vivió en un tiempo donde su región sufrió gran escasez de alimentos por falta de lluvia. Ella estaba recogiendo leña por su aldea para prepararse su última comida, ya que ella creía que moriría de hambre junto con su hijo. En ese momento se apareció un hombre que dijo venir de parte de Dios. Él le trajo una promesa condicionada de parte de Dios al pedirle que ella usara la poca provisión que le quedaba para prepararle algo de comer a él primero. A cambio, Dios le prometía a la mujer que su harina y su aceite iban a rendir hasta que acabara la escasez en la región. La mujer creyó en esta promesa: “La mujer fue e hizo lo que Elías le dijo, y tanto ella como su hijo y Elías tuvieron comida durante muchos días. Ni la harina de la jarra ni el aceite de la botella se acabaron" (1 Reyes 17:15-16).

De la viuda de Sarepta podemos aprender que:

• Dios no es ajeno a las necesidades de las mujeres sin marido. Por eso provee milagrosamente para ellas y sus familias.

• Nuestra fe y sabiduría es lo que nos dará la ventaja para ver bendiciones dónde otros solo ven problemas.

• No hay que tener miedo de compartir lo mucho o poco que se posea.

• Dios hace los arreglos necesarios para que las mujeres encuentren las conexiones y apoyo que necesitan para sacar adelante a su familia.

• No debemos permitir que la necesidad sea una mala consejera. Ante la adversidad siempre hay que mantener la fe.

• Debemos mantenernos alerta a nuestro entorno porque no sabemos de que manera o a través de quién Dios va a proveer para nuestras necesidades.

• Es una buena ideas tener guardadas reservas de dinero y comida para usar en caso de emergencia.

• Cuando recibas un milagro de provisión, díselo a otras personas para que ellos también crean.

Confía en que Dios te va a dar el pan de cada día y mucho más que eso. No olvides quién es la verdadera fuente de tu sustento; no eres tú, no es el padre de tus hijos, no es tu empleador, no es tu trabajo, no es tu suerte, no son tus clientes, no era tu ex esposo, no es tu pareja actual, no son tus hijos, no es el gobierno, no eran tus padres y no son las tarjetas de créditos. Mira siempre a la fuente de donde proviene todo, entonces sabrás quién es tu proveedor. La gente, las cosas y el dinero son los medios, no la fuente. Si entiendes esto nunca sentirás miedo cuando alguien te abandone, cuando te nieguen ayuda o cuando te traicionen. Para mantener tu canasta llena, es importante que cultives tu fe y sabiduría, porque una te dará la ventaja para creer que recibirás lo que necesitas y la otra te mostrará la mejor manera de conseguirlas.