LA MADRE DE LEMUEL

ERES LA RESPONSABLE DE EDUCAR TUS HIJOS

No sabemos el nombre de esta mujer, solo es conocida como la madre del rey Lemuel. Es curioso ver como una mujer puede llegar a ser importante porque es la “madre de alguien”. Me imagino que ella tenía méritos propios, pero su hijo la sobrepasó en influencia. De este rey y su madre se sabe poco, pero podemos notar que ella era una madre que estaba preocupada por el bienestar de su hijo quien tenia una gran responsabilidad siendo rey. Esta sabia mujer le dio a su hijo unos consejos muy interesantes que son relevantes a las madres e hijos de hoy. Ella le aconsejó a su hijo que se cuidara de varias cosas: que no se volviera loco por las mujeres, que no se emborrachara y que se asegurara ser justo. Muy acertados consejos sobre relaciones de pareja, evitar tener vicios y ser justo en sus responsabilidades. Muy en especial ella le encargó que fuera justo con las viudas y con los huérfanos. Las mujeres somos las encargadas de criar nuestros hijos, por lo cual podemos ser de gran influencia.

De la madre del rey Lemuel podemos aprender que:

• Nunca vamos a terminar de preocuparnos por el bienestar de nuestros hijos, aun después de adultos debemos aconsejarlos, ya sea que tomen o no los consejos que se le ofrecen.

• No somos responsables ni debemos sentirnos culpables de las decisiones y actos de hijos adultos.

• La escuela y la comunidad complementan la educación que debemos darle a los hijos.

• Las madres podemos ayudar a erradicar el machismo al darle buenos consejos a hijos y hijas por igual.

• Usemos la influencia que tenemos sobre nuestros hijos para ayudarlos a moldear el carácter.

• Las madres tenemos una tarea que hacer y eso no incluye ser amigas de nuestros hijos. Con ser madre es más que suficiente. Es impresionante la cantidad de madres que no reprenden a sus hijos por miedo a perder su “amistad”.

• Cuando compartimos la custodia de los hijos con padres ausentes, siempre hay la posibilidad de que se tengan diferentes estilos de crianza y que los hijos estén expuestos a malos ejemplos.

Revaluemos los roles culturales y religiosos que le hemos asignado a nuestros hijos y si eso ha dejado algo positivo en la sociedad. Por ejemplo; si tienes una niña no la obligues a servirle a sus hermanitos. El hijo varón también debe ayudar en lo quehaceres de la casa y pueden servirles a las niñas. Nunca debemos decirle a las niñas o niños que no se dediquen a una profesión basado en su género. Dejemos que tengan las mismas oportunidades. Seamos como la madre del rey Lemuel, usemos nuestra influencia para dar consejos sabios. Aunque en la Biblia se registraron solo varios consejos de esta madre a su hijo, estoy segura de que fueron muchos más. Las madres podríamos llenar varios libros con todos los consejos, sugerencias y regaños que le damos a los hijos a través de su vida. A veces nos preguntamos si estarán escuchando, si les interesa lo que se les dice o si seguirán los consejos que se le dan. La esperanza es que esos “libros” se les queden grabados en su mente y en su corazón. Nunca nos cansemos de repetirles lo que es bueno para ellos, ya que así nos los ha encomendado Dios. “Apréndanse de memoria estas enseñanzas, y mediten en ellas... Escríbanlas también en las puertas de su casa y en los portones de sus ciudades. Enséñenselas a sus hijos en todo momento y lugar” (Deuteronomio 11:18-20).