La Palabra que crea

Para la física, nada se crea y nada se destruye: todo se transforma. Es una ley fascinante. Todo lo que vemos a nuestro alrededor, la tierra, las estrellas, nuestro cuerpo, incluso el aire que respiramos, alguna vez fue otra cosa. Nada nace de la nada, dicen los científicos. Pero la Biblia nos cuenta un inicio diferente, sobrenatural.

Antes de que existiera la materia, el tiempo o la vida… estaba Dios. Y cuando Dios habló, Su Palabra rompió las reglas de toda lógica humana: creó. No transformó, no readaptó… creó de la nada. Donde había vacío, apareció la luz. Donde no había vida, explotó la vida.

Esta Palabra creadora no es solo un recuerdo del pasado: sigue viva, poderosa, activa. Y hoy puede crear algo totalmente nuevo en tu existencia. No importa cuán vacío, roto o confundido esté tu corazón: Dios puede hablar, y lo que era imposible comenzará a existir.

Su Palabra no se limita a arreglar lo que ya existe. Su Palabra crea.

Oración: Dios, habla sobre mi vida. Crea en mí algo nuevo y maravilloso. Amén.