YouVersion Logo
Search Icon

Prueba De PaternidadSample

Prueba De Paternidad

DAY 1 OF 6

Prueba espiritual de ADN

Imagina por un momento que pudieras hacerte una prueba de ADN espiritual. ¿Qué revelarían los resultados? ¿Mostrarían que eres un hijo amado de Dios, o expondrían una verdad que has evitado, que en realidad, eres hijo del diablo? En 2 Corintios 13:5, Pablo nos reta a examinarnos, a tomar esta prueba de paternidad espiritual y verificar si Cristo verdaderamente vive en nosotros.

Antes de conocer a Jesús, yo de verdad pensaba que conocía a Jesús. Inquietante, ¿no? Creo que no hay nada más preocupante que creer genuinamente que eres cristiano y no serlo en realidad. Imagina presentarte ante Jesús y decir con confianza: “Fui al grupo de jóvenes en tu nombre”, “Oré en tu nombre”, o incluso, “Eché fuera demonios en tu nombre”, para escucharle responder: “Nunca te conocí”.

La realidad es que muchos creen ser hijos de Dios, pero no lo son, porque Cristo está ausente de sus vidas. La Biblia es clara: hay hijos de Dios y hay hijos del diablo (1 Jn 3:10). Pero, ¿cómo saber la diferencia?

¿Te has tomado el tiempo de evaluarte para ver si estás en la fe? ¿Hay evidencia de la presencia de Cristo en tu vida, guiando tus pensamientos y acciones? Si eres cristiano, oro para que esta prueba de paternidad confirme tu relación con tu Creador y afirme tu lugar como Su hijo. Si no lo eres, oro para que conozcas a mi Padre: que huyas de las manos ásperas de un padre abusivo y corras a los brazos abiertos de Aquel que lo entregó todo para llamarte suyo.

Esta semana, aléjate del ruido y busca un lugar silencioso. Pregunta: “¿Dónde veo la presencia de Cristo en mi vida? ¿Hay áreas donde sigo más al mundo que a Cristo?”. Si descubres lugares donde no estás viviendo como verdadero hijo de Dios, no te apartes. Tráelos a Él en oración, pidiendo perdón y fuerza para cambiar. Su gracia no es un regalo de una sola vez; es una renovación diaria que te acerca más a Él paso a paso.

Oremos: Padre, examina mi corazón y dime la verdad. Si he vivido en ilusión, llévame a una fe real en Jesús. Si soy tu hijo, confírmalo y renuévame cada día por tu gracia. Amén.