El vestido que agrada al Rey

Cuando llegó el momento de presentarse ante el Rey, Ester no pidió adornos ni atuendos llamativos. A diferencia de las demás, no se dejó llevar por la apariencia ni por la competencia, sino que escuchó a Hegai, el eunuco encargado de prepararlas. Él conocía al Rey, sabía lo que a él le agradaba… y Ester confió y por eso halló gracia delante de todos los que la veían.

Pero más aún… halló gracia delante del Rey.

Ester entendió que no se trata de deslumbrar, sino de discernir. No se trata de impresionar a los hombres, sino de agradar al Rey. Tú y yo también estamos llamadas a vestirnos con sabiduría, no con superficialidad.

• Dios no busca una imagen externa perfecta. Él busca corazones vestidos de fe, de obediencia, de humildad, de amor.

El vestido de Ester no fue el más costoso… pero fue el que le abrió las puertas del propósito, y así también, cuando te vistes con lo que agrada a Dios, Él te posiciona donde nadie más podría llevarte.

Ester Ester no procuró nada más que lo que dijo Hegai ---- Se dejó guiar por él, solo Hegai sabía lo que agradaba al Rey, solo el Espíritu Santo sabe lo que le agrada a Dios.

La mirra, el aloe y la casia no eran suficientes para completar el proceso de embellecimiento. Ester también necesitaba de un vestido adecuado para ser introducida a la presencia del Rey. Así como las novias toman todo tipo de cuidado a la hora de elegir su vestido, Ester también fue cuidadosa. Ella no quería que el Rey viera únicamente su belleza, sino que quería ser considerada una mujer virtuosa, tener las mismas cualidades de Cristo. Por eso, ella se vistió de Él. Hoy, nosotros también somos así. Necesitamos de vestimentas adecuadas para reencontrarnos con el Señor. Por las misericordias de Dios, hoy tenemos un vestido especial: la persona de Jesucristo, que se hizo nuestra justicia, mediante Su justicia, Cristo se volvió nuestra vestimenta, para que pudiésemos ser justificados.

• Una vez terminado el período de embellecimiento de Ester, la llevaron a la presencia del Rey: “Y el rey amó a Ester más que a todas las otras mujeres, y halló ella gracia y benevolencia delante de él más que todas las demás vírgenes; y puso la corona real en su cabeza y la hizo reina en lugar de Vasti” (Ester 2:17 RVR1960)
• Todos los cristianos deben estar conscientes de que, en un futuro no muy distante, se realizará el casamiento entre Cristo y la iglesia. Sin embargo, cuando el Señor vuelva, no todos estarán listos, porque sus vestimentas no estarán adecuadas para el gran día. Muchos creen en Dios, no obstante, pocos permiten ser trabajados por Él.
• Vestimentas:
  Lino fino: representa las acciones justas de los santos y la justicia de Cristo El lino fino simboliza la justicia de Cristo, su carácter sin mancha, que se imparte a todos los que lo reciben como Salvador personal por la fe. Limpio por la sangre de Cristo
  Resplandeciente: La luz que resplandecía en el rostro de Moisés no era de origen natural, ni mucho menos era producida por sí mismo, sino que era un reflejo de la gloria de Dios que había llenado su ser. Al estar en contacto prolongado con la gloria de Dios, Moisés se impregnó de ella y la reflejaba en su rostro.
  Sin Manchas: sin pecados
  Sin Arrugas: sin debilidades de carácter

Hoy, el tratamiento no termina con perfumes, sino con decisión:

¿Con qué te estás vistiendo?
¿Estás buscando agradar al mundo o al Rey?
¿Has cambiado tus ropas viejas por las nuevas que Él preparó para ti?