Jesús, Enséñame: Colaborando Con El Espíritu Santo en Mi MaternidadSample

Viendo el final desde el principio

A veces me encuentro recordando mis primeros años como madre. Recuerdo haberle contado a mi esposo lo desanimada, desesperanzada e indigna que me sentía.

La vida como madre era agotadora, un constante dar y servir sin recibir nada a cambio. Agotada, mis hormonas estaban descontroladas; durante unos dos años o más, sufrí ataques de pánico que me despertaban y me aterrorizaban por la noche.

Le pedí a Dios que me diera fuerzas y me ayudara, porque cada día era igual, sin esperanza de cambio a la vista.

Mamá, déjame testificar. Él estuvo conmigo todos los días.

Nuestra vida de entrega como madre nunca terminará. Sin embargo, a medida que nuestros hijos crecen, las exigencias se hacen más llevaderas y uno olvida cada vez más los momentos difíciles. Dios sana más de lo que creemos posible.

Mamá agotada, necesitas saber hoy que ese día de pago está cerca. Sigue haciendo lo que haces, sigue obedeciendo a Dios, sigue derramando amor porque hay MUCHAS recompensas por venir, y valen muchísimo la pena.

Dios nos encuentra donde estemos, en todas nuestras preocupaciones, fracasos y pecados. ¡Es tan bueno perdonando y derramando sus tiernas misericordias sobre nosotras cada día!

Anímate y ten presente el objetivo final: ¡tus hijos crecerán y te lo agradecerán antes de lo que imaginas! Dios estuvo en tu pasado, está en tu presente y estará en tu futuro. Él nunca te abandona; puedes confiar en Él.

No te canses de hacer el bien, sino sigue abriendo un camino fiel. Tus recompensas están en camino, están por llegar, y cuando veas la hermosa inversión eterna que has hecho en tus hijos, te sorprenderás gratamente y te maravillarás por la gracia de Dios. ¡No te rindas! ¡Tu fidelidad dará frutos!

“No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos” (Gálatas 6:9 RVR1960).

Oren conmigo...

Jesús, ayúdame a ver el glorioso final desde el principio y dame fuerza para superarlo como una madre agradecida. Gracias por acompañarme cuando siento que quiero rendirme. Dame ideas frescas y vivificantes para crear divertidas aventuras con mis hijos. Ayúdame a reír con ellos y disfrutar de su compañía. Gracias por darme fuerza y ​​resistencia mientras ayudo a mis hijos. Amén.