Una vida de intimidad con DiosSample

Emociones santificadas

“El corazón humano es lo más engañoso que hay...”, Jeremías 17:9 (NTV).

Con frecuencia lo que vemos, oímos o percibimos no refleja la realidad. Los sentimientos son traicioneros porque suelen ser el resultado de pensamientos equivocados. ¿Y de dónde surgen los malos pensamientos? Son sembrados en la mente por el diablo, 2ª Corintios 10:4-5. Nuestra mente en un campo de batalla. El diablo lucha por poseerla. ¿Por qué? Porque la mente es precursora de nuestros actos: “Tal como un hombre piensa en su corazón, así se vuelve”, Proverbios 23:7. Veamos algunos ejemplos bíblicos. Cuando Job sufría bajo la picana de la desgracia, el diablo envió un mensajero para hacerle saber que lo había perdido todo: “Fuego de Dios cayó del cielo y quemó las ovejas y a los criados...”, Job 1:16 (LBLA). ¿Realmente el fuego había sido enviado por Dios? ¡Claro que no! La noticia tenía como propósito despertar en Job un mal sentimiento que, a la postre, lo llevara a rebelarse contra Dios. Afortunadamente aquel titán de la fe no cayó en la trampa del diablo y nunca pensó mal.

En el otro extremo uno puede sentir que todo está bien cuando en realidad nada está bien. Así le sucedió al hombre rico de la parábola de Lucas 16. Se sentía confiado porque, según él, sus riquezas le brindaban seguridad aquí en la tierra y también allá en el cielo. ¿Cómo lo sabemos? Por la gran sorpresa que se llevó cuando despertó en el infierno. Guiado por sus propios sentimientos equivocados terminó en un lugar muy diferente al que pensaba ir. No dejes que tus emociones o sentimientos te controlen.

Claro que los sentimientos sí cuentan y son importantes, pero no definen tu realidad. Los sentimientos negativos no deben gobernarte. En lugar de ello acércate a Dios y confía en Él. Llénate de fe si la crisis se prolonga y la salvación no llega tan rápido como deseas. Las personas más espirituales suelen fallar en este punto. Así le sucedió a Job. En un momento de debilidad dijo: “Dios me odia...”, Job 16:9 (NTV). No era verdad que Dios lo odiaba. La realidad era que Dios estaba orgulloso de Job. Afortunadamente Job se enfocó nuevamente en Dios. Pronto la visión natural dominada por los sentimientos de dolor dio paso a la mirada de fe dominada por la esperanza. Sin importar en qué situación te encuentres escóndete en Cristo. Tu adversidad pasará y con tus ojos verás que Dios siempre estuvo contigo.