UNA SUEGRA SANADA

TODAS NECESITAMOS UN TIERNO TOQUE DE BIENESTAR

Jesús iba por las aldeas sanando a mucha gente. Él les imponía sus manos y los sanaba de diversas enfermedades físicas, mentales y espirituales. Una de estas mujeres que tuvo la dicha de ser sanada personalmente por Jesús fue la suegra de Pedro, uno de los discípulos de Jesús. Este corto pasaje bíblico de solamente dos versículos bíblicos tiene una enseñanza y una esperanza muy grande para todas las mujeres estresadas y enfermas. Jesús estaba en la sinagoga y de ahí fue a la casa de Pedro. Cuando llegaron allá, la suegra de Pedro estaba en cama con una fiebre muy alta. La gente de la casa le rogó a Jesús que la sanara, ya que sabían que el tenía poder para hacerlo. Jesús se le acercó a la mujer y le ordenó a la fiebre que saliera de su cuerpo. En ese mismo instante la mujer se puso de pie mejorada totalmente y comenzó a atenderlos a todos en su casa. Ella pudo haber usado su reciente enfermedad como excusa para seguir descansando. En cambio, por agradecimiento empezó a atenderlos a todos feliz de que se le había devuelto la salud. Su gesto también nos deja ver que su sanación fue total. No fue que se mejoró un poco, sino que Jesús la curó totalmente. Es probable que esta mujer no tuviera marido, ya que se dedicaba al cuidado de la casa donde aparentemente vivía, bajo el mismo techo de su hija y su yerno.

De esta mujer podemos aprender que:

• No podemos hacer nuestras tareas del hogar si estamos enfermas, por lo cual nuestro bienestar es nuestra prioridad.

• Confiar en la mano sanadora de Dios que mira las necesidades, las luchas y las demandas físicas emocionales y personales de las mujeres, especialmente las que enfrentan la vida sin pareja.

• Debemos cuidar nuestra salud física para tener la energía, la agilidad y las fuerzas para poder cumplir con todos nuestros compromisos laborales, de familia, etc.

• Es deber de la familia conseguir cuidado adecuado cuando algún familiar se enferma.

• Cuando una mujer es incapaz de proveer para su familia le afecta también sus emociones y su estado de ánimo. Por ej. las mujeres incapacitadas o desempleadas.

• Existen alternativas cuando se está enferma; medicina moderna, remedios naturales.

• Una mujer tiene que ser diligente con su cuidado preventivo anual para no sufrir enfermedades que pueden ser prevenidas como cáncer del útero y de mama.

• Debemos separar tiempo para descansar el cuerpo y la mente. No debemos vivir estresadas, deprimidas y ansiosas. “Ustedes viven siempre angustiados y preocupados. Vengan a mí, y yo los haré descansar" (Mateo 11:28).

Las mujeres tenemos tantas responsabilidades que a veces descuidamos nuestra salud. Al enfermarnos no podremos ayudar ni servir a los demás. Es necesario que una mujer tenga como prioridad su bienestar total incluyendo su salud física, mental y emocional. Solo así podremos continuar atendiendo nuestras familias. Mujer, tú podrías ser la próxima que reciba el toque sanador de Dios. Créelo.

“¡Busquen algún remedio para su pena, a ver si recobra la salud!” (Jeremías 51:8).