MARIA

LA MADRE DE JESÚS SUPO LO QUE ES SER MADRE SOLTERA Y VIUDA

María fue la mujer escogida por Dios para ser la madre de su único hijo. Ella fue una joven de Nazaret que era sencilla, pobre y sin influencia. Dios tenía una oportunidad de escoger una sola mujer en la humanidad que hiciera la tarea de traer al mundo a Su Hijo. Él no escogió una princesa, una reina, una rica, una modelo, una mujer famosa o la hija de alguien importante. No podemos elevar a María a un nivel social que ella no tuvo o decir cosas sobre ella que no sucedieron porque sería ir en contra de la historia bíblica. A veces sentimos la urgencia de atribuirle a María cualidades sobrenaturales porque no podemos concebir que Dios escogió una mujer normal para semejante encomienda. La Biblia específica que ella es bienaventurada entre todas las mujeres. Jamás una mujer ha tenido una tarea como la de ella, pero no debe sorprendernos porque hemos visto a través de la historia que Dios prefiere llamar y usar gente humilde y sencilla.

“Dios mandó al ángel Gabriel a Nazaret, un pueblo de la región de Galilea. El ángel llevaba un mensaje para una joven llamada María" (Lucas 1:26-27).

Para las mujeres sin marido es de gran consuelo saber que Dios tiene experiencia de primera mano ayudando a mujeres “solas”. María por poco se convierte en madre soltera. Eso también lo pasamos por alto, solo mencionamos lo positivo de la familia de Jesús, pero se nos olvidó que José intentó abandonar a María cuando ella le confesó que estaba embarazada.

“Así fue como nació Jesús, el Mesías: su madre, María estaba comprometida para casarse con José. Pero antes de que vivieran juntos, se supo que ella estaba embarazada. José era un hombre bueno y obediente a la ley de Dios. Como no quería acusar a María delante de todo el pueblo, decidió romper en secreto el compromiso. Mientras pensaba en todo esto, un ángel de Dios se le apareció en un sueño y le dijo: José, no tengas miedo de casarte con María. El Espíritu Santo fue quien hizo que ella quedara embarazada" (Mateo 1:18-21).

Si María fuera una jovencita de hoy, algunos le hubiesen propuesto que terminara con su problema abortando a ese hijo que la pondría en vergüenza. En cambio Dios mismo se encargó de eliminar ese miedo: “Entonces el ángel le dijo: —No tengas miedo, María, porque Dios te ha dado un gran privilegio" (Lucas 1:30).

No ha habido otra madre como María: ella se enfrentó a mucho para poder parir ese hijo en tiempos antiguos; tuvo que escapar con Él a Egipto para salvarlo; lo apoyó en su vida pública de ministerio; estaba con Él cuando lo crucificaron; fue testigo de su resurrección y fue una de las primeras cristianas que participaron en la fundación de la iglesia. No encontramos en ningún relato bíblico indicio de que María tomó ventaja de su posición, que fue altanera o que se le subieron los humos a la cabeza por ser la madre de alguien influyente como Jesús.

Se cree que para cuando Jesús entró a la vida pública ya María era viuda de José, ya que la Biblia no lo menciona más. Además, antes de morir, Jesús le encomendó el cuidado de María a Juan. “Cuando Jesús vio a su madre junto al discípulo preferido, le dijo a ella: «Madre, ahí tienes a tu hijo.» Después le dijo al discípulo: «Ahí tienes a tu madre.» Y a partir de ese momento, el discípulo llevó a María a su propia casa" (Juan 19:26-27).

De esta mujer que sufrió un poco de lo que sufren las madres solteras y viudas, podemos aprender que:

• Dios no permite que las mujeres que lE aman queden en vergüenza. Él saldrá a su defensa y limpiará su nombre de calumnias.

• Convertirse en madre soltera acarrea enfrentar discriminación, murmuración, etc. Es de gran consuelo saber que Dios sabe cómo consolar y ayudar estas mujeres.

• No debemos menospreciarnos cuando Dios nos escoja para alguna tarea que parezca más grande que nuestras fuerzas.

• Dios escoge a diferentes mujeres para cumplir con Sus propósitos. Para cualificar no necesitas ser importante y no tienes que llenar una solicitud. No tienes que pedírselo porque Él mismo te escoge, te separa, te llama.

• Tener marido no debe ser lo que le ofrezca seguridad a una mujer, ya que hay etapas donde se tiene marido y otras donde nos toca enfrentar la vida sola.

En un mundo donde todas queremos ser importantes, bellas, exitosas, influyentes y reconocidas es refrescante conocer la historia única de María. Ella nos da una gran lección de humildad. “Yo no me fijo en las apariencias; yo me fijo en el corazón” (1 Samuel 16:7).