Devocional Familiar De Semana SantaSample

Hoy,  Viernes Santo, es un día difícil de leer y pensar.  Durante toda la noche Jesús había sido interrogado, golpeado, burlado, llamado mentiroso y acusado de hacer cosas que nunca había hecho. Fue juzgado por líderes religiosos y funcionarios gubernamentales.  En la mañana temprana del viernes, Pilato, que era el gobernador de la provincia de Judea (donde estaba Jerusalén), le dijo a la multitud que soltaría a Jesús, pero la multitud gritó, rugió y pidió un prisionero diferente, Barrabás, en su lugar.  La gente no entendió quién era Jesús.  Así fue como Jesús fue sentenciado a morir crucificado en una cruz. 

Los soldados romanos se juntaron alrededor de Jesús para burlarse, por haber dicho que era el Rey de los judíos.  Después le quitaron la ropa y le colocaron una “ropa de rey” y una corona de espinas en su cabeza.  ¿Alguna vez te has herido con una planta afilada o una espina? ¡Imagina unas alrededor de tu cabeza! Los soldados le dijeron cosas aún más terribles a Jesús, cosas que no te puedes imaginar, y lo hirieron terriblemente.  Luego, llegó el tiempo de ponerlo en la cruz.

Estiraron sus manos y las clavaron en las vigas de la cruz y sus pies fueron clavados en la parte de abajo también.  Esta fue una manera muy dolorosa de morir. Jesús pudo haber decidido salvarse de aquel sufrimiento en cualquier momento, pero Él lo enfrentó todo por amor a nosotros.  Los soldados y la multitud continuaban con sus gritos y burlas.  Al atardecer de ese viernes, la Biblia narra cómo oscureció toda la tierra, parecía que había llegado la noche en medio del día.  Como ves, no estaba muriendo cualquier persona, ¡era el mismo Hijo de Dios!

Toda la tierra supo el momento exacto en el que Jesús murió, pues se sintió un fuerte terremoto. Además, la cortina que era utilizada en el templo para separar a las personas de la presencia de Dios, se rasgó completamente desde arriba.  Hasta los soldados romanos que habían sido muy crueles con Jesús, reconocieron que verdaderamente era el Hijo de Dios cuando vieron todo lo que ocurrió.

Muchos de los amigos de Jesús, hasta algunos de sus discípulos, lo abandonaron porque sintieron miedo.  Luego, un hombre llamado José, que era de sus seguidores, le pidió a Pilatos el poder enterrar a Jesús.  Lo envolvieron con una  manta larga blanca y colocaron su cuerpo en una tumba, que era como una cueva.  Después, colocaron una enorme y pesada piedra frente a la entrada. 

Jesús vivió una vida perfecta y sin pecado, luego murió la muerte que nosotros merecíamos. Su muerte no fue la consecuencia de un error o pecado cometido; fueron nuestros pecados y los errores que cometemos todos los días los que lo llevaron a la cruz.  Por Su obediencia al Padre, no tenemos que ganarnos nuestra entrada al cielo.  Nada de lo que hagamos podría hacer que Dios nos ame más o menos.  Nosotros todavía pecamos, porque somos humanos imperfectos, pero Jesús pagó por nuestros pecados al morir en la cruz.

CONVERSEMOS

1 -¿ Alguna vez has visto a una persona siendo cruel o burlándose de otra tal como los soldados hicieron con Jesús? ¿Cómo esto te hizo sentir? 

2 - ¿Por qué Jesús tuvo que morir en la cruz por nosotros? 

OREMOS 

Querido Dios, gracias por amarnos tanto, que enviaste a tu Hijo a la tierra a morir por nosotros.  Jesús, Tú entregaste tu vida y enfrentaste una muerte dolorosa para que podamos tener una relación con Dios.  Eres tan bueno con nosotros...  No merecemos tu amor, pero estamos tan agradecidos por él.  Te amamos. En el nombre de Jesús oramos, amén.