Oracción: Cuando La Oración Se Encuentra Con La AcciónSample

“Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público” (Mateo 6:6 RVR).

“Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces.ñ” (Jeremías 33:3 RVR).

Día 3: En la oración, el secreto está en el secreto.

Cuando uno entra a una habitación con alguien más y en ese lugar se cierra la puerta es porque adentro van a ocurrir cosas muy privadas, muy íntimas.

La oración es un momento íntimo entre nosotros y Dios. No necesita ser compartida con todos, sino que requiere un espacio sagrado donde podamos ser honestos y auténticos delante de Él.

Conectamos con nuestra verdadera identidad y con nuestra verdadera esencia. En el secreto de la oración, encontramos la libertad de ser nosotros mismos y de experimentar la presencia de Dios de manera profunda.

La oración es un momento de intimidad con Dios. Cuando cerramos la puerta y nos enfocamos en Él, permitimos que ocurran cosas profundas en nuestro corazón. La intimidad con Dios es esencial para nuestra vida espiritual, y la oración es el medio para experimentarla.

Para muchos, la oración no es un deleite, es una práctica que se siente lejana, desconectada de la realidad diaria. Pero, ¿y si la oración fuera la clave para experimentar la vida que Dios tiene para ti?

La oración a Dios en lo secreto es como un útero espiritual.

Tiene el poder de concebir promesas, desarrollar fe, recibir revelación, experimentar transformación y recibir dirección y sabiduría divina.

Cuando no nos apartamos en un lugar tranquilo y lejos de las distracciones del mundo, nos vamos a sentir tentados que nuestra atención se volque a otras cosas menos valiosas e importantes.

En ese lugar secreto, en ese lugar sagrado e íntimo se genera un poder de concebir en lo privado, algo que luego se va a dar a luz en lo público. Piénsalo bien, esto es como cuando en la intimidad se concibe un bebé, la mujer pasa por un periodo de gestación hasta que ocurre un parto, y cuando llega el bebé inunda todo el hogar de alegría.

No creemos en el poder de la oración, sino en el poder del Dios al que oramos.

La oración no tiene poder en sí misma, pero Dios tiene todo el poder. Nuestra fe no está en la oración, sino en el Dios que responde a nuestras oraciones. Esto nos libera de la presión de tener fe en la fe, o de tener fe en la oración en sí misma y nos permite enfocarnos en la relación íntima con Dios, Quien puede embarazarnos de Sus promesas las cuales llenarán de gozo nuestra vida cuando se materialicen nuestras oraciones en la realidad.

Frase: “El propósito de la oración es que nos aferremos a Dios y no a la respuesta” (Oswald Chambers).

Pregúntate:

- ¿Tengo un espacio en mi hogar exclusivo para buscar en lo secreto la presencia de Dios?

- ¿Cómo puedo cultivar un espacio sagrado para la oración en mi vida diaria?

- ¿Qué me impide creer en el poder de Dios y en Su fidelidad?

- ¿Cómo puedo enfocarme más en la relación íntima con Dios y menos en la oración en sí misma?

Oración guiada:

Padre Bueno, gracias por mostrarme el secreto de la oración. Ayúdame a cerrar la puerta y a enfocarme en ti en la intimidad. Dame un corazón dispuesto a escucharte y a experimentar tu presencia de manera profunda. Ayúdame a enfocarme en Ti y no en la oración en sí misma, para que encuentre el verdadero deleite de buscar Tu rostro. Ayúdame a confiar en ti y a creer en tus promesas. Amén.