Religión vs RelaciónSample

Poder vs Presencia – Día 2

Ayer vimos que Dios no quiere que vivamos una religión vacía, sino una relación real.

Hablamos de cómo podemos estar activos en la obra, pero desconectados del corazón de aquel que nos llamó.

Hoy vamos a dar un paso más profundo: no se trata solo de hacer para Dios, sino de buscar a Dios por quien Él es.

El Salmo 103:7 (RVR1960) dice: “Sus caminos notificó a Moisés, y a los hijos de Israel sus obras.” En la versión NTV dice: "Dio a conocer su carácter a Moisés..."

¿Ves la diferencia?

A Moisés, Dios le mostró sus caminos. Al pueblo, solo sus obras.

El pueblo veía los milagros, las señales, el maná que caía cada mañana. Pero Moisés no se conformaba con eso. Él quería al Dios detrás del milagro.

Lo vemos en Éxodo 33, cuando dice:

“Si tu presencia no ha de ir conmigo, no nos saques de aquí.” (v.15)

Y luego clama con todo su ser:

“Te ruego que me muestres tu gloria.” (v.18)

Mientras el pueblo se quejaba de que el maná no tenía gusto, que no había carne, que querían volver a Egipto… Moisés, en el mismo campamento, pedía ver el rostro de Dios.

Unos miraban lo que Dios podía darles. Otros querían conocer quién era Él.

En el mismo lugar, bajo la misma nube, unos pedían pan… otros pedían Presencia.

Y esa es la gran diferencia entre el poder y la presencia:

El poder te toca. La presencia te transforma.

El poder cambia circunstancias. La presencia cambia corazones.

El poder produce señales. La presencia produce frutos.

Muchos presencian el poder. Pocos habitan la presencia.

Quizás hoy también estás en medio del campamento. Rodeado de actividades, bendiciones, palabras, eventos…

Pero tu alma está buscando algo más. Porque sabés que hay más. Talvez oras, adoras, sirves… pero si sos sincero, hace tiempo que no escuchas su voz. Hace tiempo que no sientes su presencia como antes.

Y no porque Dios se haya alejado, sino porque sin querer, empezaste a conformarte con lo externo.

Hoy el Espíritu te llama de nuevo a lo íntimo.

A pasar de espectador de lo que Dios hace… a ser amigo de Dios, como Moisés.

Vuelve al lugar donde no hay que impresionar a nadie. Donde no se trata de resultados ni rendimiento.

Donde se trata de una cosa: Él y vos.

Oremos juntos:

Señor, no quiero vivir conforme al poder que veo, sino atraído por la presencia que transforma. No quiero buscarte solo cuando necesito algo, sino amarte incluso cuando no siento nada. Llévame de nuevo al lugar donde tu voz es suficiente, donde tu presencia es el verdadero premio. Quiero ver tu gloria. Y si tu presencia no va conmigo… no quiero seguir. En el nombre Jesús, amén.

¿Querés seguir profundizando tu intimidad con Dios?

Entonces mañana no te pierdas el Día 3: “Información vs Revelación” – Porque no alcanza con saber cosas sobre Dios… ¡tenés que conocerlo a Él!