Religión vs RelaciónSample

Religión vs Relación - Día 1.

Religión.

Sí, ya sé… probablemente no sea una palabra que escuchemos mucho en el ámbito evangélico; quizás porque no la asociamos con algo bueno. Pero dejame decirte algo: este devocional nació como una palabra de Dios a mi vida, en un momento en que mi servicio empezaba a reemplazar mi relación con Él.

Claro, estaba haciendo muchas cosas para Dios… pero ya no estaba pasando tiempo con Él.

Como hijo de pastor —y como muchos de nosotros, haciendo mucho en la iglesia— volvía los domingos a la noche a casa después de un fin de semana cargado de reuniones, servicios y eventos… pero me sentía lejos de Él.

¿Te ha pasado?

Quiero invitarte a que tomes estos 5 días como un viaje de regreso a donde todo empezó.

Un viaje para salir del sistema… y volver al fuego.

Volver al secreto.

Volver al primer amor.

Para empezar, tenemos que hacernos una pregunta clave:

¿Estoy viviendo una religión… o una relación con Dios?

Cuando miramos la historia del pueblo de Israel, vemos claramente que Dios siempre fue relacional. Desde el principio, se le revela a Moisés en Éxodo 3:6 diciendo:

"Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob."

Y le da una misión enorme: liberar a Israel de Egipto. Pero antes de darle tarea, Dios le da presencia. En el versículo 12 le dice:

"Ciertamente estaré contigo."

Y más adelante, en el versículo 14, declara:

"YO SOY EL QUE SOY."

¿Ves? Dios es intencional. Intencional en darse a conocer. En sus mandamientos. En sus promesas. En su amor.

Durante los 40 años en el desierto, Dios les mostró a su pueblo qué le agradaba, qué no, cómo caminar… pero el pueblo no alcanzaba a entender su corazón. Fue Dios mismo quien estableció leyes, sacrificios, normas y fiestas para enseñarle a su pueblo cómo vivir, cómo acercarse, cómo ser santos como Él es santo. Pero el problema fue que, con el tiempo, el pueblo se enfocó tanto en cumplir las reglas, que descuidó el corazón.

Cumplían con el sacrificio, pero no con la obediencia. Celebraban la fiesta, pero ignoraban al Anfitrión. Guardaban la ley, pero no conocían al Legislador. Y así, la relación se convirtió en un ritual. El fuego se volvió una fórmula. La comunión fue reemplazada por cumplimiento.

Y eso, justamente… es religión. Es vivir cumpliendo… sin comunión.

Es moverse por inercia espiritual… pero con el corazón frío.

Tal vez estás haciendo cosas para Dios, pero hace rato que no hablás con Él. Estás presente en la iglesia, pero ausente en lo secreto. Y sabés que algo no está bien, pero seguís en "piloto automático".

Religión te hace funcionar. Relación te hace vivir. Religión exige acciones. Relación produce amor. Religión te mantiene ocupado. Relación te mantiene encendido.

Es fácil caer en la trampa del “hacer por Dios” y perder la conexión con Su corazón.

Pero hoy, el Espíritu te llama a volver. No para que dejes de servir, sino para que sirvas desde su Presencia. No para que hagas menos, sino para que amés más.

No se trata de una fe vacía, sino de una vida llena.

¿Estás viviendo una religión… o una relación con Dios?

Oremos juntos:

Señor, no quiero seguir funcionando sin tu Presencia. Hoy empiezo este camino de regreso a tu corazón. Llevame de vuelta al secreto, a la intimidad, a tu voz. Que este no sea un devocional más… sino el comienzo de una nueva relación con vos. En el nombre de Jesús, Amén.

¿Querés seguir creciendo en tu relación con Dios?

Entonces mañana no te pierdas el Día 2: “Poder vs Presencia” – Porque no se trata solo de lo que Dios puede hacer, ¡sino de quién Él es!