Aliento Para Tiempos DifícilesSample

Una fe firme no se derrumba fácilmente

Recuerdo haber leído una pequeña reflexión una vez en internet. Parafraseada, decía más o menos así: la misma agua hirviendo que ablanda una papa es la misma que endurece a un huevo; no se trata de las circunstancias a tu alrededor, se trata de lo que estás hecho en el interior.

Con el pasar del tiempo nos vamos dando cuenta de que hay algo de verdad en ello. A veces, los problemas o dificultades que atravesamos nos quiebran, y rompen una parte de nuestra alma y comenzamos a caminar por la vida rotos y heridos.

Quizás no volviste a ser el mismo o la misma después de la muerte de ese ser querido; después de que te despidieron o después de que alguien defraudó tu confianza. Hay cosas en la vida, momentos de tormentas, que, simplemente nos quiebran y no volvemos a ser iguales.

Por eso, muchos de nosotros nos alejamos de Dios cuando sentimos que nos ha fallado, cuando pensamos que no ha podido evitar que la vida nos rompiera, que fue solo un espectador mientras la vida se nos volcaba encima y no podíamos respirar.

La pregunta en estos casos siempre es la misma, ¿Qué tan firme estaba tu fe en esos momentos? ¿En dónde tenías afirmada tu esperanza?

Nunca fuimos engañados, las pruebas son parte de la vida; son parte de los términos y condiciones de nuestra existencia. Podríamos decir que son casi imposibles de evitar. TODOS, en algún momento de la vida vamos a afrontar dificultades.

La cuestión es, ¿esas dificultades ablandarán o fortalecerán nuestra fe?

Hablando sobre el cimiento de nuestra fe, Jesús contó una parábola.

"»Todo el que escucha mi enseñanza y la sigue es sabio, como la persona que construye su casa sobre una roca sólida. Aunque llueva a cántaros y suban las aguas de la inundación y los vientos golpeen contra esa casa, no se vendrá abajo porque está construida sobre un lecho de roca. Sin embargo, el que oye mi enseñanza y no la obedece es un necio, como la persona que construye su casa sobre la arena. Cuando vengan las lluvias y lleguen las inundaciones y los vientos golpeen contra esa casa, se derrumbará con un gran estruendo»" (Mateo 7:24-27 NTV ).

En la ilustración de Jesús, posiblemente ambas casas se miraban iguales por fuera, pero, lo que marcaba la diferencia era el cimiento sobre el que estaban construidas. El cimiento real de nuestras vidas usualmente está oculto y solo es probado en la tormenta.

Cuando cimentemos nuestra fe en Jesús no habrá proceso o dificultad que nos haga retroceder, volver atrás o alejarnos de Dios, porque aun en medio de los problemas podremos estar confiados en que Dios hace su buena voluntad, que es agradable y perfecta para nuestras vidas.

Hoy quiero animarte a que deposites, afirmes y afiances tu fe en Jesús, porque estoy seguro de que podrás mantenerte en pie en medio de los problemas y encontrarás el consuelo que tu alma necesita.

Dios te bendiga.

Sigue creyendo.