Tu nombre es maravilloso

La voz de Dios tiene una particularidad única: cuando llama las cosas a la existencia, estas responden para existir; así fue con toda la creación, tanto con las cosas animadas como con las inanimadas.

Dios hizo algo similar cuando creó al hombre, quien no sólo fue llamado a existir, sino a vivir. El hombre, a diferencia de todos los seres vivientes, es el único que recibió el aliento de vida directamente de la boca de Dios. Y también es el único llamado por nombre, dándole así la capacidad de llevar la imagen Divina.

Por lo tanto, no existes por casualidad; fuiste llamado a la existencia, fuiste llamado a la vida y fuiste llamado por nombre. No puedes ser un error de la historia o de la naturaleza, ni mucho menos un accidente nacido de la explosión de algún átomo. Dios te hizo perfecto, con Sus propias manos, y tu nombre ha estado en Su corazón desde siempre.

Tu nombre no sólo indica quién eres, sino también la expresión de Dios en ti. Eres Suyo y formas parte de un maravilloso proyecto de amor, estás en el centro de Sus pensamientos.

Recuerda: aunque Dios ama a cada ser humano en este planeta, tú tienes y siempre tendrás un lugar especial y único en Su corazón.