Pablo, ¿por qué me persigues?

Podríamos comparar el llamado de Pablo con un evento arrollador, impactante y completamente fuera de toda lógica humana.

Estaba convencido de que su enemigo era Jesús. No perdía tiempo en su actuar, sino que activamente buscaba a los seguidores del Maestro con la intención de detener la difusión de esta “peligrosa” secta. Lo que no sabía era que ese Jesús a quien odiaba lo estaba observando y estaba preparando el encuentro que cambiaría su vida para siempre.
En una de sus misiones contra los cristianos, una luz resplandeciente lo ilumina y lo deja ciego. Entre Jerusalén y Damasco, Jesús se le aparece para interrumpir su camino equivocado y mostrarle el camino correcto.

Como Saulo, también nosotros caminábamos por un camino equivocado; también nosotros fuimos iluminados por la luz de Cristo; también nosotros estuvimos confundidos, “cegados” por algo que no conocíamos. Pero el verdadero punto de inflexión ocurre cuando oímos el llamado: “Yo soy Jesús”, sígueme. ¿Cuál fue tu respuesta a este llamado? ¿Has decidido simplemente ser iluminado o has tomado la decisión de recorrer el camino que Jesús indicó?

Una decisión de este calibre es crucial. También tú has sido llamado a cambiar de rumbo, a transformar tus ideas y tus convicciones. Como Pablo, también tú has sido llamado a cambiar el mundo que te rodea.

Espero que este plan te haya ayudado a reconsiderarte como una persona amada y buscada, con un propósito en la vida. Dios te bendiga.

Pastor Carmelo Orlando