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El Tip número dos es “Identifica sus intereses personales”

Cada uno de nosotros fue creado con un propósito diferente pero con la misma meta, glorificar a Dios. Conforme nuestros hijos van creciendo, nos vamos dando cuenta que tan diferentes son de nosotros. Por ejemplo, yo soy una persona extremadamente extrovertida y sociable. Pero mis hijos, a pesar que tienen la habilidad de mantener una conversación sin sentirse intimidados, son introvertidos.

Esto por alguna razón, me hacía pensar que algo estaba mal, que se estaba quizá desarrollando un trauma en sus vidas o algo así. Buscando el rostro del Señor, Él me mostró que su personalidad fue diseñada por Dios. Que les dio talentos y dones diferentes, e incluso intereses diferentes para usarlos en algo específico. Y, aunque sus vidas todavía se están desarrollando, varios rasgos se pueden observar a primera vista y otros a través de la dirección del Espíritu Santo. En una ocasión, tratando de crear actividades en el verano, les pedí a mis hijos preparar una presentación, les di un tema libre, y me sorprendió el resultado. Años después al escoger una carrera universitaria, cada uno escogió algo relacionado de alguna manera a ese tema que escogieron de niños, sin planearlo, y lo puedo observar también en el ministerio.

Cuando Dios te da luz para identificar los intereses de cada uno de tus hijos, es para orar, intercediendo que Dios cumpla su propósito en ellos, también para crear estrategias de enseñanza de la Palabra de Dios que les guiará a usar estos dones, talentos, habilidades para servir al Señor. Algo más que debemos recordar es que debemos ser pacientes y comprensivos en los momentos cuando las personalidades y perspectivas chocan. La prudencia llama a la sabiduría. El enemigo quiere que estemos en desacuerdo y ocupados discutiendo nuestras diferencias. Dios quiere no sólo que las identifiquemos, quiere que las usemos para fortalecernos y unirnos como el cuerpo de Cristo.