YouVersion Logo
Search Icon

Siervo, ¿Yo?Sample

Siervo, ¿Yo?

DAY 5 OF 6

El Segundo Rasgo de Epafras: Un Fiel Ministro

Hoy quiero que profundicemos en la segunda característica que Pablo resalta sobre Epafras, aquel siervo que fue instrumento para establecer la iglesia en Colosas. Pablo lo describe con estas palabras: "Epafras, nuestro consiervo amado, que es un fiel ministro de Cristo para vosotros...".

Pero ¿qué significa ser un "fiel ministro"? Analicemos ambas palabras.

Fidelidad implica lealtad, constancia, compromiso. Es la capacidad de mantenerse firme en el cumplimiento de una misión, sin traicionar la confianza depositada. Una persona fiel no busca su propio interés, sino que se entrega con integridad, perseverancia y amor.

Ministro, en el contexto cristiano, no es sinónimo de rango elevado ni de superioridad. Todo lo contrario: proviene del griego diákonos, que literalmente significa "servidor". En el Nuevo Testamento, un ministro es alguien que ha sido comisionado por Dios —y a veces reconocido por la comunidad de fe— para servir en funciones espirituales. Pero el corazón del término sigue siendo el mismo: servicio.

Epafras, entonces, era alguien leal al llamado que Dios le había hecho para servir. Y su fidelidad se reflejaba en el fruto visible en la iglesia de Colosas. No buscaba reconocimiento personal, ni aprovechaba su posición para obtener ventajas. Él comprendía que su misión era proclamar el evangelio con fidelidad, claridad y sin intereses egoístas.

El Servicio Frente al Liderazgo

Vivimos en una época en la que muchos aspiran a ser líderes, pero pocos anhelan ser siervos. En muchos entornos —académicos, empresariales e incluso eclesiales— se exalta la figura del líder como alguien con carisma, inteligencia y capacidad para influir. Sin embargo, en la Biblia, la verdadera grandeza no está en liderar, sino en servir.

De hecho, el término “líder” no aparece en la versión Reina-Valera 1960, mientras que el término “siervo” aparece más de 900 veces. Y la palabra “guía”, aunque está presente en algunas ocasiones, nunca reemplaza el llamado al servicio.

Un líder puede pensar que debe estar al frente para ser seguido, pero un siervo —un ministro verdadero— entiende que su función es cuidar, guiar con humildad y servir, respetando la voluntad de Dios y las necesidades de quienes le rodean.

El escritor Oswald Sanders, en su libro Liderazgo Espiritual, lo expresa así: “Los líderes espirituales no son elegidos, ni designados, ni creados por sínodos o asambleas eclesiásticas. Solo Dios puede formarlos. La persona no se convierte en líder por ocupar un cargo, ni por tomar un curso, ni por decidir hacerlo. Debe poseer la idoneidad dada por Dios para ser un verdadero líder espiritual".

Esto nos lleva a una verdad profunda: Un siervo puede llegar a ser un líder, pero un líder jamás debe dejar de ser siervo.

Los verdaderos ministros del Señor deben estar dispuestos a sufrir, a entregarse por causas más grandes que ellos mismos, motivados por una obediencia sincera a Dios.

El Costo del Ministerio: Epafras en Prisión

Al investigar más sobre Epafras, encontramos un detalle revelador. En la carta a Filemón, Pablo menciona que Epafras también estuvo encarcelado con él: “Te saluda Epafras, mi compañero de prisiones por Cristo Jesús...” (Filemón 1:23 RVR1960).

Esto nos recuerda que el servicio fiel muchas veces implica dificultad, oposición y hasta sufrimiento. Pero incluso en la cárcel, Epafras permaneció firme, sabiendo que su fidelidad no dependía de las circunstancias, sino de su relación con Cristo.

Pablo mismo lo expresa en 2 Corintios 3:4–6: “Y tal confianza tenemos mediante Cristo para con Dios; no que seamos competentes por nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios, el cual asimismo nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto, no de la letra, sino del espíritu; porque la letra mata, mas el espíritu vivifica" (RVR1960).

Reflexión Final

Epafras entendió que su labor como ministro no era solo enseñar con palabras, sino también con su ejemplo de vida. Y tú, ¿cómo estás viviendo tu llamado al servicio?

Tal vez no tengas un título eclesiástico, ni una posición visible en tu congregación. Pero eso no limita tu capacidad de servir. ¿Has tenido la oportunidad de bendecir a otros en tu familia, en tu comunidad, en tu iglesia, o incluso a un desconocido en la calle?

Dios nos llama a ser siervos en todo lugar donde Él nos permita estar. Así que hoy te animo a examinar tu corazón y a dar un paso más en esta vida de servicio. Porque cuando servimos con fidelidad, no solo bendecimos a otros, sino que reflejamos a Cristo.

¡Nos vemos mañana para seguir profundizando en el ejemplo inspirador de Epafras!

About this Plan

Siervo, ¿Yo?

Antes de conocer a Cristo, ¿habías escuchado la palabra siervo? Y si la habías oído, ¿con qué la relacionaste? Tal vez pensaste en alguien inferior a otro, en una persona sin educación, alguien a quien se podía maltratar o hablarle con rudeza. Quizás imaginaste a una persona sometida, dispuesta a obedecer sin cuestionar todo lo que su amo le demandara. O, tal vez, pensaste en alguien entregado al servicio de Dios.

More