Una vida de intimidad con DiosSample

Descubre tu razón para vivir

“...Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la verdad. Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz”, Juan 18:37, VRV.

Jesús conocía su propósito. ¿Sabes cuál es el tuyo? Si puedes cambiar tu ocupación central y para ti el mundo sigue igual; entonces, no hay pasión por lo que haces. ¡Busca en la fuente de la vida la llama que encienda tu ser! ¿Es fácil descubrir el propósito personal? La respuesta es no. Generalmente se encuentra detrás de una puerta cerrada. Tendrás que golpear hasta que se abra. Debes ser persistente; consistentemente insistente. Jesús nos enseñó que cuando oramos debemos pedir. ¿Y qué hacemos después de pedir? Muchos creen que deben esperar, pero no es lo que Jesús enseñó. Luego de pedir hay que buscar activamente. No dice: “pedir y esperar” sino: “pedir y buscar”, Mateo 7:8.

Siempre aparecerán obstáculos en tu camino. Sin embargo, debes ser constante. La resistencia que las circunstancias y las personas muestren a tu visión puedes canalizarlas para aumentar tu sabiduría y fortaleza. Si tú no lo permites, la oposición no te detendrá. Muchas personas se rinden cuando la vida les dice: “no” la primera vez, pero la gente persistente es la que triunfa. Es sabido que el método chino de escritura es pictográfico; es decir, contiene caracteres que representan imágenes mentales. La imagen para representar la perseverancia es la de un cuchillo y un corazón. “Cuán cierto es esto en nuestras experiencias personales... A menudo es necesario el cuchillo en el corazón para que nos acerquemos al Señor y junto con Él sigamos caminando. Nuestra fe y aun nuestra propia vida dependen de Dios, y cuando entramos en el valle de la aflicción necesitamos su ayuda, porque si no, nunca más escalaremos otra montaña”, Billy Graham.

¿Cuánto tiempo has perseguido tus sueños? ¿Por qué dejaste de intentarlo? La oración no es pasiva, es activa. Ora en la habitación y luego busca por todas partes. Si desaprobaste un examen vuelve a presentarte. Si fracasaste en un negocio, intenta con uno nuevo. Si fuera fácil todos serían exitosos. No tires la toalla. ¡No abandones lo que Dios quiere que hagas! Habrá resistencia y oposición, pero Dios ha prometido estar contigo. No aceptes un “no” como respuesta, quizás como espera, pero jamás como algo definitivo.

“Señor amado ayúdame a perseverar en tu voluntad. Recibo tu fortaleza para mantenerme de pie y avanzar en fe, a pesar de todas las oposiciones y adversidades. Me encomiendo a tu cuidado. En Jesús. Amén”.