Jardines en Medio De Cárceles Y DesiertosSample

Oración final: El mundo lo llama desierto, pero yo le llamo jardín
Papá,
Mis ojos lloran,
pero de alguna forma mi alma danza.
Bajo mis pies,
nada más que arena seca.
Sobre mis ojos,
oscuridad.
El mundo lo llama desierto,
pero yo le llamo jardín.
Porque si cierro los ojos,
destellos parpadeantes lo iluminan todo,
iluminan un camino,
un camino que me lleva hasta ti.
Yo le llamo jardín,
porque si cierro los ojos,
bajo mis pies se asoman raíces profundas,
vaticinando la llegada de la primavera
y el fin del desierto.
Yo le llamo jardín,
porque si cierro los ojos
puedo ver a través de mi fe,
puedo ver lo imposible
y avanzar.
Yo le llamo jardín, porque
para los que creemos en ti,
incluso un desierto se siente un jardín
si tú estás de nuestro lado —
por delante, por detrás,
y un poquito más allá.
Cuando ese jardín
que hoy solo veo con los ojos cerrados
pueda verlo con los ojos abiertos,
entonces todos sabrán
que siempre estuviste aquí,
que en cada grano de arena
ya germinaba tu promesa,
y que eres experto
en hacer de desiertos
jardines.
Scripture
About this Plan

Este devocional invita a transitar por dos escenarios de fe: las cárceles y los desiertos. Inspirado en las vidas de Pablo y Oseas, guía al lector a descubrir cómo la oración, la alabanza y la confianza surgen incluso en medio del dolor y la espera. Cada reflexión explora la unión entre nuestra fragilidad y el poder restaurador de Dios, enseñando a depender, alabar en la oscuridad y hallar esperanza en el silencio. No ofrece respuestas simples, sino la certeza de que, aun frente al muro más alto o en el desierto más árido, Dios sigue presente, obrando y restaurando
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