Bondad y Sabiduría en EquilibrioSample

"EQUILIBRIO PERFECTO EN CRISTO"

El equilibrio perfecto en Cristo no es vivir sin errores, sino vivir con intención, con sabiduría y con Cristo en el centro de todo.

Efesios 5:15 (RVR1960)“Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios, sino como sabios".

Éfeso era una ciudad importante en la época de Pablo, con muchas influencias culturales y religiosas: templos, comercio, filosofías griegas y romanas. Los cristianos allí vivían en medio de un mundo lleno de tentaciones, idolatría y valores diferentes a los que enseñaba Jesús.

Era fácil que se dejaran influir por costumbres paganas, decisiones impulsivas o actitudes egoístas, olvidando la enseñanza de vivir con integridad y propósito; es por eso por lo que los exhorto a vivir de manera consciente y responsable, evaluando sus decisiones y acciones.Al decir “no como necios, sino como sabios”, los llama a evitar comportamientos impulsivos, ignorantes o guiados solo por deseos inmediatos, y a actuar con prudencia, discernimiento y propósito.

Pero, ¿cómo podemos andar con sabiduría en un mundo tan complejo y lleno de distracciones como lo fue Éfeso… y como lo es hoy?

“Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él". Colosenses 3:17 (RVR 1960)

El equilibrio perfecto no se logra solo con buenas intenciones o esfuerzo humano, sino cuando Cristo se convierte en el centro de cada palabra, cada acción y cada decisión.
No se trata simplemente de seguir rutinas o prácticas externas, sino de vivir con una conciencia constante de su presencia y señorío sobre nuestra vida.
Cuando actuamos en su nombre, eso significa que nuestras decisiones deben reflejar su carácter: amor, justicia, humildad y verdad.

ORACIÓN:

"Señor, gracias por darme un corazón y una mente capaces de decidir con sabiduría. Ayúdame a vivir cada día con propósito y a mantener un equilibrio perfecto en Cristo, tomando decisiones que reflejen bondad y prudencia. Enséñame a equilibrar mi razón y mi corazón, a actuar con integridad, a cuidar mis relaciones y a enfrentar los desafíos sin miedo. Que mis palabras y acciones sean un reflejo de paz, amor y justicia. Dame claridad para discernir lo correcto y fuerza para mantenerme firme en mis valores. Amén".