Dios Está en ControlSample

Día 9: La Promesa de Nunca Abandonar

Buscar activamente a Dios es el antídoto contra el sentimiento de abandono. Dios nunca ha abandonado a nadie que lo busca. Y no empezará contigo.

“En ti confían los que conocen tu nombre, porque tú, Señor, jamás abandonas a los que te buscan" (Salmo 9:10 NVI).

La expresión "nunca abandonar" lleva el peso del historial perfecto de Dios. La palabra hebrea azab significa abandonar, dejar o desertar por completo. David declara con confianza que esto nunca les ha sucedido a quienes buscan a Dios, ni una sola vez en la historia.

Esta promesa no significa que el pueblo de Dios nunca enfrente dificultades, soledad ni confusión. Más bien, significa que en cada situación, Dios permanece presente y fiel. Su presencia puede parecer oculta a veces, pero su carácter garantiza que nunca abandona a sus hijos.

Imagina un faro que se mantiene firme en medio de violentas tormentas. Los barcos pueden ser sacudidos por las olas, la visibilidad puede ser mala, pero el faro nunca se mueve de su posición. ¡Ese es nuestro Dios! ¡Inquebrantable, constante, siempre presente!

La frase "aquellos que lo buscan" revela una verdad importante: la fidelidad de Dios se manifiesta especialmente en quienes buscan activamente una relación con Él. Buscar implica una búsqueda continua, no una espera pasiva. Es elegir acudir a Dios en oración cuando preferirías alejarte. Es abrir la Biblia cuando tu corazón se siente cerrado. Es asistir a la adoración cuando adorar es lo último que tienes ganas de hacer.

Cuando te sientas solo o abandonado, recuerda que esto no refleja el carácter de Dios. Es una limitación de la percepción humana. La trayectoria de Dios es perfecta: Él nunca ha abandonado a nadie que lo busque, y no comenzará contigo.

Mi oración:

Señor, cuando mis sentimientos me digan que estoy solo, que tu Palabra me recuerde tu trayectoria perfecta. Ayúdame a ser un buscador, no solo un simple espera. Cuando no pueda sentir tu presencia, déjame confiar en tus promesas. Gracias por nunca abandonar a quienes te buscan. En el nombre de Jesús, amén.

Preguntas para reflexionar:

1. ¿Alguna vez te has sentido abandonado, pero luego has sentido la mano de Dios obrando silenciosamente?

2. ¿Cómo cambia tu experiencia de su presencia buscar activamente a Dios (y no solo esperar)?