Dios Está en ControlSample

Día 13: Caminando por Fe cuando el Camino está Oculto

"En efecto, vivimos por fe, no por vista" (2 Corintios 5:7 NVI).

Quizás te encuentres ante una situación sin sentido. El camino que tienes por delante parece oscuro e incluso imposible. Y, en medio de la confusión, tu corazón susurra esas preguntas familiares: "Dios, ¿dónde estás? ¿Ves lo que estoy pasando?".

Cuando Pablo escribió a los corintios sobre vivir por fe y no por vista, no hablaba desde una posición cómoda. Hablaba desde experiencias marcadas por el dolor, la persecución y la incertidumbre, pero también por innumerables pruebas de la fidelidad de Dios.

La fe no elimina las preguntas ni los temores. Nos llama a confiar en el corazón de Dios incluso cuando no podemos ver su mano. Es elegir creer que el carácter de Dios es más sólido que nuestras circunstancias y que sus promesas son más firmes que nuestros sentimientos.

Abraham es un ejemplo de esto. Dejó su tierra sin mapa, sin itinerario, con solo la promesa y la presencia de Dios. Su fe no fue perfecta, pero fue suficiente para guiarlo al siguiente paso. Como él, estamos invitados a seguir caminando, incluso sin ver toda la escalera.

La incertidumbre puede parecer un enemigo, pero en realidad es un regalo. Nos mantiene dependientes de Dios, humildes en la oración, conscientes de que no tenemos el control, sino Alguien que nos ama perfectamente.

Vivir por vista nos limita a lo que podemos entender, predecir y controlar. Pero vivir por fe nos abre a las posibilidades ilimitadas de la acción de Dios. Lo que a nuestros ojos parece caos puede ser una sinfonía perfecta en sus manos.

Hoy, pase lo que pase, recuerda: no necesitas ver toda la escalera. Simplemente da el siguiente paso de fe. El mismo Dios que sostuvo tu pasado es quien conoce y sostiene tu futuro. Él es fiel, es bueno y aún no ha terminado con tu historia.

Y cuídense de la incredulidad, pues deshonra a Dios. La Biblia enseña que la incredulidad no es solo duda, sino algo malo, porque nos separa del Dios vivo. No es una debilidad cualquiera. Es una actitud que rechaza la fidelidad de Dios y pone en duda su bondad. Por lo tanto, la incredulidad es peligrosa, porque no solo nubla nuestra visión, sino que también nos aleja gradualmente de Aquel que es nuestra vida.

Mi oración:

Padre, confieso que la incertidumbre me llena de ansiedad. Cuando no veo el camino, me siento tentado a temer. Recuérdame que tú ves lo que yo no veo y sabes lo que no sé. Dame la valentía para dar el siguiente paso, incluso sin comprender todo el camino. Ayúdame a vivir por fe, confiando en que tú me guías. En el nombre de Jesús, amén.

Preguntas para reflexionar:

1. ¿Qué incertidumbre específica enfrentas hoy y cómo está poniendo a prueba tu fe?

2. ¿Qué significa, en la práctica, dar el siguiente paso de fe en tu situación actual?

¿Este mensaje fortaleció tu fe? Compártelo y bendice a alguien en tu vida.