Dios Está en ControlSample

Día 14: La Soberanía de Dios sobre las Tormentas de la Vida

"Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito" (Romanos 8:28 NVI).

La tormenta llegó sin previo aviso. En un momento, los discípulos cruzaban pacíficamente el lago; al siguiente, luchaban por sus vidas contra el viento y las olas. ¿Y dónde estaba Jesús? Dormido en la barca, aparentemente ajeno al caos. Su pánico tenía sentido, pero su fe estaba a punto de ser transformada.

Las tormentas de la vida también llegan de esta manera: inesperadas y devastadoras. Un diagnóstico repentino, la pérdida de un trabajo, el final de una relación, una crisis global: todo esto puede robarnos nuestra sensación de seguridad en cuestión de segundos. Al igual que los discípulos, clamamos: "Señor, ¿no te importa que perezcamos?"

Pero la verdad permanece: Jesús nunca es inconsciente ni indiferente. Él descansa porque sabe lo que los discípulos aún no entendían: Él tiene autoridad sobre todas las tormentas. Con una sola palabra: «Callen, callen», los vientos cesaron. La misma voz que creó el universo sigue teniendo poder sobre las circunstancias que amenazan con ahogarnos.

La soberanía de Dios no significa que Él cause todas las tormentas, sino que ninguna de ellas está fuera de sus propósitos. El versículo de hoy no promete que todo lo que sucede sea bueno, sino que todo puede obrar para el bien de quienes aman a Dios. Él puede transformar el dolor en madurez, las cenizas en belleza, la debilidad en fortaleza. Nada se desperdicia en sus manos.

Cuando las olas nos azotan, tenemos una opción: fijar la mirada en la magnitud de la tormenta o en la magnitud de nuestro Dios.

Hoy, sea cual sea la tormenta que amenace tu paz, recuerda: el mismo Jesús que calmó el Mar de Galilea está en la barca contigo.

Mi oración:

Padre, las tormentas parecen abrumadoras, pero elijo mirarte a ti en lugar de a las olas. Tienes autoridad sobre cada circunstancia, y creo que puedes usar incluso este dolor para mi bien y tu gloria. Dame paz en medio del caos y confianza en tu soberanía. En el nombre de Jesús, amén.

Preguntas para reflexionar:

1. ¿Qué tormenta en tu vida hoy parece estar fuera de control?

2. ¿Cómo puedes entregar esta situación al cuidado soberano de Dios?