Dios Está en ControlSample

Día 2: Más allá del Entendimiento Humano

“Confía en el Señor de todo corazón
y no te apoyes en tu propia inteligencia.
Reconócelo en todos tus caminos
y él enderezará tus sendas" (Proverbios 3:5-6 NVI).

Nos encanta comprender las cosas. Cuando surge un problema, nuestro instinto nos lleva a investigar, analizar y organizar hasta creer que hemos encontrado la respuesta correcta. La información se percibe como poder, y personas nos enseñan que cuantos más datos tengamos, mejores serán nuestras decisiones.

Pero a veces, la necesidad misma de controlar cada detalle nos impide experimentar lo mejor de Dios.

El rey Salomón lo comprendía. Cuando Dios le ofrecía algo, pedía sabiduría por encima de la riqueza o la fama. Sin embargo, este mismo sabio nos dijo: “No te apoyes en tu propia prudencia”.

La palabra hebrea que usó es binah, una comprensión profunda obtenida a través de la experiencia de vida y el discernimiento. Salomón no estaba descartando la razón ni la inteligencia. Las estaba poniendo en su lugar.

Lo cierto es que nuestra perspectiva es limitada. Es como contemplar un enorme mural a través del ojo de una pequeña cerradura. Vemos solo un pequeño fragmento y creemos comprender la imagen completa. Pero Dios lo pintó todo. Él ve cada pincelada, cada conexión, cada propósito.

Tomemos a José, por ejemplo. En prisión, podría haberse sentido abrumado por la confusión: «Ayudé a mis hermanos y me traicionaron. Trabajé fielmente y me acusaron falsamente. Interpreté sueños y me olvidaron». Nada tenía sentido desde su perspectiva. Pero desde la perspectiva de Dios, cada detalle estaba dando forma a una historia redentora que salvaría a las naciones.

A veces, nuestra búsqueda de comprensión se convierte en una prisión. Pensar demasiado puede paralizarnos, impidiéndonos dar el siguiente paso. La fe, sin embargo, nos recuerda: no necesitas ver toda la escalera. Simplemente confía en Dios lo suficiente como para subir el primer peldaño.

La lógica humana puede mantenerte atrapado en una prisión que solo la fe puede abrir.

Cuando confías en el Señor con todo tu corazón, eres libre de tomar decisiones sabias sin el peso aplastante de controlar el resultado. Puedes planear y prepararte, pero con las manos abiertas en lugar de los puños cerrados, porque hay Alguien que ya conoce el principio, el desarrollo y el final de tu historia.

Mi oración:

Padre, con demasiada frecuencia intento resolverlo todo por mi cuenta, olvidando que tu sabiduría es mayor que la mía. Dame fe para confiar en ti incluso cuando no entiendo, y valor para dar cada paso guiado por tu mano. En el nombre de Jesús, amén.

Reflexiona:

1. ¿En qué áreas de tu vida intentas controlar más que confiar en Dios?
2. ¿Cuándo fue la última vez que viste que su plan resultó mejor que el tuyo?