Dios Está en ControlSample

Día 16: Confiando en la Provisión de Dios

"Así que mi Dios les proveerá de todo lo que necesiten, conforme a las gloriosas riquezas que tiene en Cristo Jesús" (Filipenses 4:19 NVI).

Había una viuda en Sarepta que se enfrentaba a su última comida: un puñado de harina y un poco de aceite, justo lo suficiente para un último pan para ella y su hijo antes de la hambruna. Entonces apareció Elías, pidiendo pan. Humanamente, la petición parecía insensible. ¿Cómo podía dar lo que no tenía? Pero en ese acto de fe, descubrió una profunda verdad: la provisión de Dios no se rige por las matemáticas humanas.

Día tras día, su harina no se agotó ni su aceite se agotó. Descubrió que cuando ofrecemos a Dios incluso lo poco que tenemos, confiando en su abundancia, Él multiplica lo que parece insuficiente.

Quizás hoy estés mirando tu propio "puñado de harina": recursos financieros limitados, salud frágil, fuerza emocional menguante o tiempo que parece agotarse. Al igual que la viuda, puede que estés calculando y recalculando, tratando de encontrar la manera de sobrevivir. Pero confiar en la provisión de Dios significa apartar la vista de nuestras limitaciones y fijarla en su provisión ilimitada.

Los discípulos enfrentaron la misma lección cuando vieron una multitud hambrienta y solo cinco panes y dos peces. Ellos solo vieron escasez; Jesús vio abundancia. En sus manos, lo poco se volvió más que suficiente, ¡tanto que sobraron doce canastas!

La provisión de Dios puede presentarse de diferentes maneras:

Sobrenaturalmente: como el maná en el desierto o el aceite que nunca se agota.

Naturalmente: un nuevo trabajo, una sanación, una puerta abierta.

Relacionalmente: personas que Él envía para apoyarnos, aconsejarnos o animarnos.

Internamente: contentamiento y gracia para darnos cuenta de que necesitamos menos de lo que creemos.

Confiar en Dios no significa ser irresponsable, sino reconocer que la seguridad no reside en nuestra cuenta bancaria, salud o habilidades, sino en el carácter fiel de Dios. Él es Jehová Jireh, el Dios que provee, y conoce cada necesidad incluso antes de que la pidamos.

Mi oración:

Padre Celestial, confieso que a menudo presto atención a mi escasez en lugar de a tu abundancia. Ayúdame a confiar en que eres Jehová Jireh, mi fiel Proveedor. Dame la valentía para dar pasos de fe incluso cuando mis recursos parezcan insuficientes. Enséñame a ser un fiel administrador de lo que ya tengo y a confiar en que tu provisión siempre es perfecta y llega en el momento oportuno. En el nombre de Jesús, amén.

Preguntas para reflexionar:

1. ¿En qué área de tu vida la escasez te pesa más hoy?

2. ¿Qué paso de fe puedes dar ahora, confiando en que Dios proveerá?