Dios Está en ControlSample

Día 17: Descansando en el Carácter Inmutable de Dios

"Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por siempre" (Hebreos 13:8 NVI).

Todo a nuestro alrededor cambia: la tecnología, las relaciones, las carreras profesionales, la salud. Pero en medio de todos estos cambios, hay Uno que permanece absolutamente constante: nuestro Dios.

Cuando la Biblia afirma que Jesús es el mismo ayer, hoy y por los siglos, no se trata solo de información teológica. Es un ancla para el alma. El amor de Dios no flaquea según nuestro comportamiento. Su fidelidad no flaquea ante las circunstancias. Sus promesas no expiran con el tiempo.

Piensa en el carácter inmutable de Dios: su santidad, su amor, su justicia, su misericordia, su sabiduría, su poder, su fidelidad. Estas no son cualidades que Él activa y desactiva como un interruptor. Son los atributos mismos de quién es Él. Cuando Malaquías declaró: "Yo, el Señor, no cambio", estaba revelando algo fundamental sobre la naturaleza de Dios que trasciende todas las circunstancias temporales.

Aquí es donde encuentras consuelo cuando todo lo demás parece incierto:

Cuando no sabemos qué nos depara el mañana, sabemos quién lo tiene.

Cuando no podemos predecir cómo se desarrollarán las situaciones, podemos predecir cómo responderá Dios: siempre con amor, sabiduría y tiempo perfectos.

Las Escrituras están repletas de ejemplos:

El Dios que dividió el Mar Rojo aún abre caminos imposibles.

El Dios que proveyó el maná aún suple las necesidades.

El Dios que dio sabiduría a Salomón aún guía a sus hijos.

El Dios que consoló a Job aún consuela a los que lloran.

Él no ha cambiado; solo cambian los escenarios.

Podemos confiar en Él no porque entendamos sus caminos, sino porque conocemos su corazón.

Por lo tanto, cambia tu enfoque de tus circunstancias cambiantes al carácter inmutable de Dios. Lee sus promesas, recuerda su fidelidad pasada y descansa en la verdad de que el Dios que ha sido fiel por incontables generaciones también te será fiel.

Mi oración:

Señor Jesús, en medio de los cambios de la vida, encuentro paz en el hecho de que Tú nunca cambias. Tu amor es firme, tu fidelidad inquebrantable y tus promesas seguras. Ayúdame a anclar mi alma en tu carácter inmutable y a recordar tu fidelidad cuando me sienta tentado a dudar. Que mi seguridad esté en Ti, mi Roca eterna. Gracias porque eres el mismo ayer, hoy y por los siglos. En tu nombre inmutable, amén.

Preguntas para reflexionar:

1. ¿Qué aspecto del carácter inmutable de Dios necesitas recordar más hoy?

2. ¿A qué promesas específicas de la Palabra puedes aferrarte cuando todo parece inestable?