Intimidad = Un Crecimiento RealSample

📖 Día 4: Crecimiento Real

Estamos llegando al término de este devocional. Mi oración es que, al concluir este día, tu corazón esté lleno de fuego y deseo por comenzar —o profundizar— una intimidad verdadera con el Padre.

Hemos recorrido un camino:

- Día 1: Invitación (Ven y ve). Inicia con curiosidad e intimidad.

- Día 2: Fundamento (Volvamos a lo básico). Establece lo esencial: oración, adoración y Palabra.

- Día 3: Compromiso (Alianza de Amor). Permanecer en intimidad a través del pacto y del Jesed.

Ahora llegamos a la culminación: cuando formalizamos nuestra relación con Dios y recibimos al Espíritu Santo, algo sorprendente sucede. Al estar tan cerca de Él, nuestra vida comienza a moldearse y reflejarlo. En otras palabras, empezamos a dar fruto simplemente por pasar tiempo con Él.

“Permanezcan en mí, y yo permaneceré en ustedes. Pues una rama no puede producir fruto si la cortan de la vid, y ustedes tampoco pueden ser fructíferos a menos que permanezcan en mí. Ciertamente, yo soy la vid; ustedes son las ramas. Los que permanecen en mí y yo en ellos producirán mucho fruto porque, separados de mí, no pueden hacer nada" (Juan 15:4-5 NTV).

Así sucedió con los discípulos. Después de que Jesús se apartó, llegó el momento de mostrar lo aprendido en intimidad con Él. Sus vidas eran un reflejo vivo del Maestro.

“Entonces, viendo el denuedo de Pedro y de Juan, y sabiendo que eran hombres sin letras y del vulgo, se maravillaban; y les reconocían que habían estado con Jesús" (Hechos 4:13 RVR1960)

Nadie podía contradecir lo que Dios había hecho en ellos. A leguas se notaba que habían tenido un crecimiento real. Lo mismo debe notarse en nosotros: que nuestra vida sea evidencia de haber estado con Jesús.

Sin embargo, muchas veces decimos estar cerca de Dios, pero nuestras acciones no reflejan lo que Él realmente es. Y surge la pregunta: ¿realmente Jesús vive en ti? ¿Realmente pasas tiempo con el Padre?

Este crecimiento no es por apariencia ni por esfuerzo humano, sino porque nuestra vida se llena de Jesús. La parábola de la vid nos recuerda que permanecer en Él necesariamente produce fruto.

¿Por qué llamarlo real? Porque tiene dos sentidos: primero, es verdadero y con fundamento en la verdad; segundo, es “real” porque pertenece al Rey. Cuando vivimos en intimidad con Dios, crecemos en verdad y vivimos como hijos de un Rey, representando un Reino eterno aquí en la tierra.

Por eso, no busques crecer por crecer. Busca cada día la intimidad con el Señor, y cuando menos lo esperes, tu vida habrá cambiado, dando fruto de manera real.

“Jesús también dijo: «El reino de Dios es como un agricultor que esparce semilla en la tierra. Día y noche, sea que él esté dormido o despierto, la semilla brota y crece, pero él no entiende cómo sucede…»” (Marcos 4:26-27 NTV).

🙏 Oración: Señor, que cada día pueda parecerme más a Ti. Ayúdame a crecer de manera real, dando fruto y reflejando Tu amor. Oro también por cada persona que ha completado este plan: que se cumpla en ellos el propósito por el cual Tú lo has permitido y que crezcan en intimidad contigo. Amén.

¡Muchas Gracias! Espero que este plan “Intimidad = Crecimiento Real” haya sido de bendición para tu vida. Si te ha gustado y crees que alguien más podría necesitar leerlo, compártelo, para que más personas, puedan establecer una relación mucha más íntima con Dios.

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