Intimidad = Un Crecimiento RealSample

📖 Día 2: Volvamos a lo básico

Hoy en día existe confusión sobre cuál es la verdadera forma de iniciar una relación de intimidad con Dios. Muchos piensan que se trata de seguir tendencias o modas espirituales, pero la manera más hermosa de encontrarle es regresar a lo más básico. Ahí, en lo sencillo, es donde Él se revela y habla tal como es.

En tiempos de Jesús, el pueblo había olvidado cómo relacionarse realmente con Dios, y por eso Él vino:

“Vino al mismo mundo que él había creado, pero el mundo no lo reconoció. Vino a los de su propio pueblo, y hasta ellos lo rechazaron; pero a todos los que creyeron en él y lo recibieron, les dio el derecho de llegar a ser hijos de Dios" (Juan 1:10-12 NTV).

La iniciativa humana puede llenarse de tradiciones vacías y generar frustración cuando lo hacemos con nuestras propias fuerzas, pero lo que proviene del Padre trae vida y crecimiento real. Ser hechos hijos de Dios nos separa del mundo y nos introduce en Su familia.

Esta relación es la de un Padre con sus hijos. Él desea que nos acerquemos a aprender de Él y nos espera con paciencia para enseñarnos cómo enfrentar todo lo que vivimos. Volver a lo básico significa acercarnos de la manera que a Dios le agrada.

Cuando Jesús llamó a sus discípulos (¿recuerdas el “Ven y ve”?), lo primero que hizo fue enseñarles a relacionarse correctamente con el Padre. Ellos vieron cómo Jesús los llevaba a dejar las tradiciones humanas y volver al corazón de Dios:

“Este pueblo me honra con sus labios, pero su corazón está lejos de mí. Su adoración es una farsa porque enseñan ideas humanas como si fueran mandatos de Dios" (Mateo 15:8-9 NTV).

Los discípulos aprendieron lo esencial: orar, adorar, leer y entender la Palabra. Y lo mismo sucede con nosotros: en la intimidad, si nos enfocamos en estas tres cosas, podremos conocer y comprender quién es Dios realmente.

Después de enseñarles lo básico, Jesús se apartó para que ahora ellos enfrentaran el llamado de predicar el Evangelio. Pero antes, les dejó una promesa: “No se vayan de Jerusalén hasta que el Padre les envíe el regalo que les prometió… En unos cuantos días ustedes serán bautizados con el Espíritu Santo" (Hechos 1:4-5 NTV).

En la intimidad nos espera ese mismo regalo. Cuando volvemos a lo básico, no guiados por nuestras expectativas o nuestras fuerzas y seguimos lo que Jesús enseñó, el Padre envía al Espíritu Santo, quien nos capacita para saber enfrentar lo que viene por delante.

Vuelve a lo básico: ora, adora, sumérgete en Su Palabra. Allí encontrarás al Padre, y allí recibirás la fuerza del Espíritu Santo para avanzar.

🙏 Oración: Padre, devuélvenos a lo básico y a lo que realmente importa: buscarte en oración, adoración y en Tu Palabra. Haznos crecer como hijos tuyos y prepara nuestro corazón para recibir el regalo hermoso de Tu Espíritu. Amén.

Aplicación del día: Hoy simplifica tu tiempo con Dios: aparta un momento solo para orar, adorar y leer un pasaje de la Biblia. Pídele que te enseñe de nuevo a disfrutar lo esencial, como un hijo que aprende de su Padre.