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Brazos Vacíos, Corazón Que Aún CreeSample

Brazos Vacíos, Corazón Que Aún Cree

DAY 3 OF 4

Miedo al futuro y rendirse a la voluntad de Dios

Después de todo, el miedo quedó. Miedo de volver a intentarlo. Miedo de volver a perder. No sé tú, pero yo tengo un espacio especial para hablar con Dios. En ese lugar he tenido conversaciones muy profundas y sinceras con Dios, me refiero al baño de mi casa. Recuerdo un día específico en la ducha. Yo estaba llorando mucho por el miedo a volver a intentarlo. Este miedo nacía, además de la pérdida, del hecho de que yo sentía cómo el Espíritu Santo me invitaba a pensar en tener otro bebé. Años anteriores Dios había dado una promesa de un hijo varón a nuestro hogar y lo otro, es que los doctores me habían dicho que procurara tener otro bebé antes de cumplir 40 años por cuestiones de mi salud. Por lo tanto, sentía una “presión” y me sentía acorralada. Pues ese día en el baño hablé con Dios y Él habló conmigo y esto fue lo que me dijo: “¿Dejarás que el miedo gobierne tu vida y tus decisiones?”. Lloré aun más con esta pregunta. Finalmente le entregue mi miedo a Dios y le dije que le seguiría amando pasara lo que pasara, aún si perdía otro bebé yo lo amaría de todas formas.

Dios me enseñó que confiar no es negar el temor, sino avanzar con fe a pesar de él.

Tu historia no ha terminado. Aun si no entiendes el "por qué", puedes encontrar paz al descansar en el "quién": Dios. Su voluntad es buena, aunque no siempre sea fácil. Él sigue escribiendo tu historia.

Mi hijo Pablo ya tiene 4 años.

About this Plan

Brazos Vacíos, Corazón Que Aún Cree

Perder a un hijo en el vientre es una experiencia que deja el alma rota en silencio. En 2018 viví un embarazo ectópico y con él, la dolorosa pérdida de mi bebé. Fueron días oscuros, llenos de dolor, soledad, preguntas, miedo; pero también de encuentro con el consuelo de Dios. Este plan de cuatro días nace de ese proceso, con el deseo de recordarte que no estás sola. Dios ve tu llanto, comprende tu duelo y camina contigo hacia la esperanza. Te invito a leer con el corazón abierto, y permitir que, paso a paso, su Palabra traiga sanidad.

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