La mujer conforme al corazón de DiosSample

Tus prioridades

¡Una imagen vale más que mil palabras! La imagen de la mujer virtuosa que Dios describe en Proverbios 31:10‑31 me ha servido como modelo para mis prioridades. Su vida tan ordenada pero llena de ocupaciones es un ejemplo “viviente” para nosotras en la actualidad. Cada vez que leo los detalles de su vida cotidiana, hay tres cosas que suceden:

1. Mi fortaleza se renueva para seguir adelante.
2. Hago memoria de las prioridades de Dios para mi vida.
3. Renuevo mi consagración a su plan para mí aquí en la tierra.

Sin embargo, la mujer de Proverbios 31 no era la mujer maravilla ni una heroína inalcanzable. Era una mujer como tú o como yo. Lo que en realidad la hace diferente y única es que ella conocía sus prioridades y las ponía en práctica. ¿Qué podemos aprender de esta mujer virtuosa, acerca de las prioridades de una mujer sabia?

Prioridad #1
Da a Dios el primer lugar. Tu prioridad suprema debe ser Dios. ¿Por qué? Según Proverbios 9:10: “el temor de Jehová es el principio de la sabiduría, y el conocimiento del Santísimo es la inteligencia”. Nuestro Señor Jesucristo lo expresó de esta forma: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento” (Mr. 12:30).

Prioridad #2
Sirve a otros. Dios primero, los otros después. Jesús dijo: “Y el segundo [mandamiento] es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Mr. 12:31). Estos pasos te ayudarán a organizar mejor tu vida para que puedas servir a otros:
• Conoce el orden de Dios respecto a las prioridades.
• Pon en práctica las prioridades de Dios mediante un plan.
• Elimina las actividades innecesarias.

Prioridad #3
Cuida de ti misma. Es arriesgado descuidar tu salud y tus buenos hábitos. Dios nos dice: “Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como entendidos… Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor” (Ef. 5:15, 17):
• No permitas que te dominen los excesos (Pr. 23:2 y 30:8).
• Examínate para detectar posibles hábitos pecaminosos (1 Co. 11:28).
• Ejercítate en la piedad (1 Ti. 4:7).
• Desarrolla el dominio propio (Gá. 5:23).

Debes estar preparada para decir no… a ti misma, a tu carne, a tus excusas. Con la ayuda de Dios podrás lograrlo.

Señor, gracias por mostrarme el ejemplo de una mujer sabia y virtuosa. Ayúdame a poner en orden mis prioridades, a buscarte primero, servir a otros con amor y cuidar mi vida conforme a tu voluntad. En el nombre de Jesús, amén.