La mujer conforme al corazón de DiosSample

Tus decisiones

Si meditas en aquellos momentos en los que tomaste una mala decisión, es posible que descubras que eso sucedió cuando se enfrió tu amor por Jesús. Imagina esto. Estás feliz viviendo tu día. Hasta ahora todo va bien. Por un momento, todo va “viento en popa”. Tal vez pienses: ¡Vaya, mírenme! ¡Miren cómo navego! Ni un solo tropiezo. ¡La vida es maravillosa! De pronto, algo ocurre y entonces… todo se derrumba. Y toda esa paz, ese orden, ese bienestar y control que te permiten navegar por un día perfecto se echa a perder. Es como si de la nada alguien disparase un torpedo a tu lindo botecito. Quedas desconcertada, o te sientes ofendida, atacada, sorprendida o pasmada. Sientes que tu vida se desmorona.

Por lo general, ¿cuál es la respuesta de la mayoría de las personas en estos casos? En una palabra, reaccionan. Tu inclinación natural es reaccionar, contestar, devolver el golpe. Pues bien, en ese preciso momento, en esa coyuntura, tu primera decisión tiene que ser detenerte. Me lo imagino como un frenazo en seco. Simplemente presiona el freno en tus emociones, en tu boca, en tus acciones. ¡Detente nada más! Y cabe decir, ¡detente rápido!

Ten en cuenta estos siete pasos para tomar decisiones:

1. ¡Detente! El camino más seguro para tomar una mala decisión es apresurarse antes de pensar: “aquel que se apresura… peca” (Pr. 19:2).

2. ¡Espera! Esperar te da control. ¿Has oído eso de contar hasta diez? Echa mano de ese fruto del Espíritu que es dominio propio, o “templanza” (Gá. 5:23).

3. Escudriña las Escrituras. Consulta siempre a Dios primero, y resiste la tentación de acudir a tu mejor amiga o a tu hermana, o de llamar por teléfono a tu mamá (Sal. 19:7-8).

4. ¡Ora! Frente a los desafíos diarios, los desconciertos o los incidentes dolorosos, acude a Dios (Fil. 4:6-7).

5. ¡Busca consejo! Como afirma la Biblia: “El camino del necio es derecho en su opinión” (Pr. 12:15).

6. Toma una decisión. Después de dar estos pasos, tu decisión se basará en la sabiduría, no en las emociones (Stg. 3:17).

7. Actúa conforme a tu decisión. Traza un buen plan que abarque los pasos 1 al 6. Luego, por fe, ¡ejecútalo! (Jos. 10:25). Sé valiente y confía en el Señor. Ya has hecho el trabajo.

Esto no significa que no tengas que hacer correcciones o ajustes a lo largo del proceso. Cuando necesitas sabiduría y dirección para tomar una decisión, busca a Dios con un corazón humilde, abierto, sediento, un corazón que sabe que necesita ayuda y desea recibirla, un corazón que confía en Dios y que está dispuesto a obedecer sus instrucciones.

Señor, en medio de cada decisión que debo tomar, enséñame a detenerme y escuchar tu voz. Dame sabiduría para elegir con fe y no con miedo, y un corazón dispuesto a obedecerte en todo momento. Gracias porque caminas conmigo y nunca me dejas sola. En el nombre de Jesús, amén.