Procesos

A veces gente cree que porque tengamos una relación con Papá Dios y le sirvamos estamos exentos de vivir pruebas dolorosas, enfermedades o procesos de duelo.

En la Biblia hay una historia que me encanta porque muestra que cuando sufrimos, Jesús también sufre. Me refiero a la muerte de Lázaro, Jesús lo amaba, era su amigo. Cuando Jesús llegó a verlo encontró a las hermanas de Lázaro llorando, y Jesús se conmovió de ver su sufrimiento y también lloró, aún sabiendo que al cabo de un rato Él lo resucitaría.

Dice la Biblia: Todavía con lágrimas en los ojos, Jesús se acercó a la cueva donde habían puesto el cuerpo de Lázaro, y ordenó que quitaran la piedra que cubría la entrada. Pero Marta le dijo: —Señor, hace cuatro días que murió Lázaro. Seguramente ya huele mal. Jesús le contestó: —¿No te dije que, si confías en mí, verás el poder de Dios? La gente quitó la piedra de la entrada. Luego, Jesús miró al cielo y dijo: «Padre, te doy gracias porque me has escuchado (Juan 11:38-41).

Lázaro resucitó, y tus sueños también lo harán. Quizás te sientas solo, o que Jesús se ha demorado en contestar, pero te aseguro que pronto tus lágrimas se convertirán en gozo. Una vez más, ¡Jesús actuará!

Papá Dios te ama y te bendice.