Un Servicio De Devoción ApasionadaSample

Día 4: Sacrificios

¿Cuánto cuesta servir?
A algunos les costó la vida (Juan el Bautista). A otros les costará su seguridad (José, Moisés, Pablo). A otros les costará su ego (Pablo). No podemos hallar en la Biblia un servidor genuino de Dios que no haya renunciado a algo o alguien por servirle. Y es que el servicio, cuando se origina en el deseo ardiente de glorificar a Cristo, siempre nos exigirá sacrificar algo, renunciar a algo.

En 2 Corintios 8, Pablo nos menciona una maravillosa experiencia de servicio que, con amor y fe, movió a toda una iglesia a desprenderse generosamente de sus recursos para ofrecerlos a quien estaba en necesidad.
“Ahora, hermanos, queremos que se enteren de la gracia que Dios ha dado a las iglesias de Macedonia. 2 En medio de las pruebas más difíciles, su desbordante alegría y su extrema pobreza abundaron en rica generosidad. 3 Soy testigo de que dieron espontáneamente tanto como podían y aún más de lo que podían” (2 Corintios 8:1-3 NVI).

La iglesia de Macedonia no tenía de sobra; al contrario, también sufría escasez y limitaciones. No obstante, esto no fue excusa para dar lo que podían dar (incluso más, según la narración). ¿Es un llamado a la generosidad económica? Sí. Sin embargo, este es también un ejemplo del grado de sacrificio que podría y debería demostrar un acto de servicio cristiano. Es cuando lo que doy (tiempo, recursos, habilidades, fuerzas, etc.) es de enorme valía para mí que puedo hablar de un servicio sacrificado. No puede ser de otra manera, si el Hijo de Dios se despojó de la majestad celestial y bajó todas las gradas de la humillación para venir a servir (Filipenses 2), el mismo que, según Pablo, “siendo rico se hizo pobre para que mediante su pobreza nosotros llegáramos a ser ricos” (2 Corintios 8:9).

¿A qué nos cuesta renunciar para servir a Cristo? ¿A qué me aferro con tanta fuerza que no puedo entregarlo a Dios?

Seguramente hay una palabra que tiene que ser dicha por ti. Hay un abrazo que tú deberías dar. Hay una necesidad que tú podrías cubrir. Y están esperando por ti, por ese día en que seamos capaces de caminar por la vía del sacrificio y, como aquella iglesia, poder dar “más de lo que podíamos”…