Músicos Conectados Al Sonido EternoSample

DIA 5

“El tempo de eternidad”

Todos los seres humanos tenemos algo que se llama tempo interno, que se trata de un ritmo propio que llevamos dentro, y se refleja en nuestros comportamientos. Hay algunos factores que lo van determinando como la historia personal, la genética, la cultura, el temperamento o el estado anímico personal. Pero en todos los casos, el tempo de eternidad está sonando. Es el tempo de Dios, y es el amor activo y constante que Él siente por todas y cada una de sus criaturas. El diseño original de tu vida fue hecho para estar conectado a la eternidad, a ese plano en donde el tiempo es regido por Dios y no por los hombres. Ese plano en donde no hay apuros y retrasos. ¡Es un tempo perfecto! Me podrías preguntar ahora: “¿Y un simple mortal podría vivir al compás de ese tempo perfecto?”. Te diría que sí. No porque lo pueda estudiar o aprender, sino porque puede rendirse al hecho de que ese tempo ya fue colocado en su corazón aun antes de que tuviera uso de razón. Podemos someternos al diseño original, despojarnos de nuestro propio tiempo, nuestras formas personales y sincronizarnos con el tempo perfecto, con la forma de Jesús.

Recuerdo todas esas veces que yo quería algo “ya mismo”, y en mi corazón sentía que “ese mismo momento” era el tiempo en el que estaba lista para que venga todo lo que Él me había prometido. Pero después de pedirlo, clamarlo, reclamarlo y declararlo, no pasaba nada. O todas las veces que le pedí de corazón y “en el nombre de Jesús” algo que yo pensaba estaba conforme a Su voluntad, pero no me lo dio, o me lo dio muchos años después. Sin que yo lo supiese, ¡todas estas pruebas a mi paciencia habían sido parte de mi entrenamiento en el tempo de eternidad!

La paciencia no es meramente la capacidad de esperar, sino la capacidad de mantener una buena actitud mientras se espera. “No me hagan esperar, yo me merezco todo de inmediato”. Muchas veces esta es la voz de nuestro orgullo, que nos dice que el momento preciso lo determinamos nosotros. Pero escucha lo que suena en el Salmo 31. Observa a David cantando “¡En tu mano están mis tiempos, Dios!” Y únete ahora a cantar esto con todos aquellos que necesitamos sincronizarnos al cielo.

Qué bueno saber que Cristo comprende cómo se siente tu espera cuando parece interminable, angustiante. Jesús soportó muchas cosas cuando se hizo hombre, y todo lo hizo con paciencia, porque sabía que lo que venía después era mucho más glorioso que ese sufrimiento. Gracias a que Él soportó con paciencia cada rechazo, cada humillación, cada latigazo, cada clavo, hoy, la paciencia de Cristo puede ser nuestro metrónomo para que vivamos la eternidad. Si estás en un tiempo de espera en Dios, estás siendo sincronizado con la eternidad. ¡Algo glorioso está por venir!

¿Qué promesas Dios te dio que aún estás esperando que se cumplan?

¿Cómo puedes expresar con música tu confianza plena en sus tiempos y llevar a otros a que esperen en el Señor con paciencia?