Músicos Conectados Al Sonido EternoSample

DIA 2

“Identidad que lleva a la intimidad”

¿Te ha pasado que vienes escuchando una canción por muchos años, pero de repente un día, cuatro compases de esa misma canción te llegan tan profundo que te cambian el día y la perspectiva? De esa misma forma, por mas que hayamos escuchado la verdad de quiénes somos en Cristo muchas veces, necesitamos que nos impacte tan profundo que no sólo sea un concepto aprendido, sino aprehendido por todo nuestro ser.

En la Biblia encontramos verdades que nos atraviesan y nos transforman desde lo más íntimo, cambiando nuestro ADN espiritual. Sus palabras nos hacen ver que nuestra identidad eterna no depende de un documento de identidad, de nuestro estatus social o nuestros logros. Nuestra identidad es un estado espiritual, que, si está cimentado en la Roca, no se conmueve por ningún viento circunstancial. Cuando decidimos seguir a Jesús, creer en Él y lo confesarlo como nuestro Señor y Salvador, El Espíritu Santo nos sella porque pasamos a ser pertenencia exclusiva de Él: “No hagan que se ponga triste el Espíritu Santo de Dios, que es como un sello de identidad que Dios puso en ustedes, para reconocerlos cuando llegue el día en que para siempre serán liberados del pecado” (Efesios 4:30 TLA).

Ahora bien, una vez que conocemos que somos sus hijos y le pertenecemos, nuestro ser va a anhelar la intimidad con Dios. Porque un hijo que conoce que es aceptado y amado por su padre, no se va a conformar con decirle a su padre por la mañana “Hola” y luego por la noche antes de acostarse “Chau”. Un hijo desea pasar tiempo con su Papá, recibir y darle muestras de cariño, charlar sobre todos los temas de la vida cotidiana, pedirle consejos y satisfacer sus expectativas. Así también, tu Padre del cielo desea ardientemente tener tu corazón completo, tu mirada, tiempo exclusivo a solas contigo, canciones de tu boca a su oído, y confesiones sinceras sobre absolutamente todo lo que sientes, piensas, pecas, dudas o deseas.

Los músicos que han aprendido que la mejor inversión de tiempo es pasar tiempo con Dios, son los que transforman la atmósfera cada vez que empiezan a tocar, y viven una vida que desborda pureza, alegría, fortaleza y creatividad.

Simplemente cierra la puerta de tu habitación por un rato, y comienza a hablarle como lo harías con el mejor amigo que tienes, sin ocultarle nada, porque Él ya lo conoce todo. Comienza a leer una parte de la Biblia y pídele al Espíritu Santo que abra tus ojos para entenderla. Hazle preguntas, tu Papá te las va a ir respondiendo poco a poco. Cántale, aunque desafines. Toca alguna música para Él con tu instrumento. Confiésale tu amor. Quédate en silencio y escucha cómo Él te confiesa su amor apasionado por ti.