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Ya sea que tengas hermanos que te vuelvan loco, un padre que te frustre o familiares que preferirías evitar, Dios nos llama a cuidar de quienes nos rodean. A medida que creces, tendrás más oportunidades de poner esto en práctica. ¿Qué cosas puedes hacer hoy para cuidar de los demás en tu casa? Tal vez aún no puedas ayudar económicamente a tu familia, pero puedes ofrecer tu tiempo, energía, amabilidad y, lo más importante… tu presencia. En lugar de aislarte para escapar de tu «fastidiosa» familia, tienes la oportunidad de servirles simplemente estando con ellos. Puede que sea difícil, pero aprender a practicar esto ahora puede ayudarte a descubrir la vida más plena que Jesús quiere para ti.

Pídele a Dios que te ayude a tener una actitud y un corazón dispuestos para ofrecer algo bueno a tu familia esta semana.