Permiso ConcedidoSample

Comer y beber para la gloria de Dios puede sonar extraño, pero tienes la oportunidad de practicarlo todos los días. Ya sea en la cafetería, en el auto o en la mesa con tu familia y amigos, puedes mostrar el amor de Jesús a quienes te rodean a través de tu actitud al momento de hacer las cosas. Tal vez prefieras comer solo en tu habitación. Si es así, aún puedes glorificar a Dios viviendo con gratitud por las manos que prepararon la comida y por el hecho de que tienes qué comer. Lo que Pablo nos dice es que no permitamos que los momentos cotidianos sean espacios donde no pensemos en cómo amar a los demás. Cuando dice «háganlo todo», lo dice literalmente: todo.

Esta semana, ¿cómo puedes usar esos momentos de comida para unir a las personas?