Fútbol Americano Universitario y la BibliaSample

“Tom Osborne fija el tono para el juego del título con el estímulo del Nuevo Testamento”  Fiesta Bowl: Nebraska 62, Florida 24 (2 de enero, 1996) La palabra leyenda es dicha muy seguido en el mundo del deporte. Pero en el caso del ex entrenador en jefe de fútbol americano de Nebraska, Tom Osborne, hay poca duda de que este elogio le queda y es bien merecido.  Una lista abreviada de sus sorprendentes logros en el campo, incluyen 3 campeonatos nacionales, 13 títulos de conferencia, su record general es de 255 partidos ganados 49 perdidos y 3 empatados, y su inducción al Salón de la Fama del Futbol Universitario. Sorprendentemente, le tomó a Osborne 22 años ganar ese primer campeonato nacional. Hubo varios acercamientos al principio de su carrera (el más notable en 1982), pero fue hasta 1994 cuando tras una final de temporada invicta agregó esa pieza de metal faltante al salón de trofeos.  Luego en 1995, Osborne lideró lo que algunos han llamado el mejor equipo de fútbol universitario que jamás haya existido. Con otra temporada invicta y un campeonato nacional en línea, el estoico caballero del medio oeste del país, se paró ante su equipo en los vestidores en el estadio Sun Devil en Tempe, Arizona. Su discurso, como siempre, no fue muy largo y no fue demasiado apasionado. Pero, no obstante, era poderoso.  Y tal como se acostumbraba, Osborne citó estas palabras del Nuevo Testamento:  “Pues Dios no nos ha dado un espíritu de temor, sino de poder, de amor y dominio propio.” (2 Timoteo 1:7) Desde la patada inicial hasta el sonido del silbato final, no hubo pizca de miedo en su confiado y capaz equipo. Considerado uno de los juegos más dominantes del campeonato en la historia del fútbol americano universitario, Nebraska terminó fuerte con una victoria de 62-24 sobre el equipo los Lagartos de Florida en el Fiesta Bowl. Incluso después de un primer cuarto casi empatado, en el que los Cornhuskers perdían con un marcador de 10-6, la disciplina del equipo fue evidente en el segundo cuarto donde lograron 29 puntos y todo se aseguró el triunfo.  Cuando se le pide que reflexione en su ilustre carrera, Osborne evita destacar los momentos obvios como esa que inspiraron su carrera al campeonato. En lugar de eso él ha buscado en otro lado por un barómetro más certero de su legado.  “Cuando los entrenadores mueren o se retiran, normalmente lo primero de lo que habla la gente es sobre su trayectoria de victorias-derrotas,” dijo una vez Osborne. “De algún modo eso te define. Espero que esa no sea lo único que defina lo que hice como entrenador. Las relaciones son la cosa más importante y espero haber sido consistente en mi camino espiritual y que los jugadores lo hayan visto... El hecho de que me importaran, no solo como jugadores si no como personas fue importante para ellos... Todas esas cosas son las cosas más importantes.” En 2012, el entrenador Osborne fue honrado en el último juego de Nebraska en casa, previo a su retiro como director atlético universitario. Su hijo Mike mandó a hacer 2 playeras para la ocasión. Ambas mostraban una icónica imagen del entrenador Osborne al frente. Una playera era negra y decía, “El Hijo Nativo de Nebraska” por atrás enlistaba sus mayores logros. La otra era roja y decía, “Legenda, Entrenador, Congresista, Director Atlético y Mentor” por atrás.  Mike también quiso poner el versículo favorito de su papá en ambas playeras. Cuando le preguntaron cual versículo sería, los jugadores de Osborne no se sorprendieron al oír a su querido entrenador citar una vez más la 2da de Timoteo 1:7.  “MI papá no busca a otras personas o la prosperidad para sentirse aprobado,” dijo Mike a huskers.com. “Su principal preocupación es vivir una vida de acuerdo a los valores encontrados en el Nuevo Testamento.”