Una vida de intimidad con DiosSample

Portadores de Su presencia

“David y los ancianos de Israel junto con los generales del ejército fueron a la casa de Obed-edom para trasladar el arca del pacto del SEÑOR a Jerusalén con gran celebración”, 1º Crónicas 15:25 (NTV).

¿Quiénes buscaron el arca? Los líderes. ¡Si los líderes no buscan la presencia de Dios, la iglesia no la tendrá! Y antes de que pienses en otras personas recuerda que, de una u otra forma, todos ejercemos influencia en distintos ámbitos. En otras palabras, todos somos líderes. Por lo tanto, estos consejos son para tu vida y no para otro:

¿Qué resulta indelegable e insustituible?

1. Tener un encuentro con Dios. Todo cristiano debe ser un APASIONADO POR SU PRESENCIA, y a la cabeza de este movimiento deben estar los líderes. Deben ser los primeros en cultivar una relación de amor con Dios cada día en la ‘carpa del encuentro’. No te conformes con leer el devocional ni hacer solo lo esperable. ¡Busca más! ¡Apasiónate más!

2. Guiar a los demás a un encuentro con Dios. “Moisés llevó a la multitud fuera del campamento para encontrarse con Dios”, Éxodo 19:17 (NTV). Moisés condujo al pueblo de Israel al mismo lugar donde él había tenido su encuentro con Dios. No te conformes con enseñar una clase bíblica o dar un consejo. ¡Intenta acercar a todos al trono de la gracia!

3. Amar a la iglesia. La presencia de Dios se asocia con el arca, hoy la iglesia. Todo cristiano debe otorgarle un lugar de importancia a la iglesia; pero si descuida la comunión, sirve a medias, critica y contamina a los demás, mancha la iglesia. Observa cómo actuó David. Se despojó de sus vestiduras para adorar con regocijo. El rey y líder más prominente fue el primer adorador. En cambio Abinadab fue indiferente con Dios y su hijo Uza perdió la vida; Saúl gobernó sin el arca y su hija Mical despreció a su esposo que danzaba para Dios. Sé como Obed-edom que respetó el arca y sus hijos y nietos sirvieron a Dios. Sé ejemplo de pasión por Dios y las personas que lideras harán lo mismo. ¡Enamórate de Dios! ¡Sé portador de su presencia!

“Perdón Señor por las veces en que descuidé mi comunión contigo, serví de mala gana y no fui apasionado en la búsqueda de tu presencia. Perdón por no amar toda la iglesia, como tú la amas. Perdón por no llevar a otros a los pies de tu cruz. Hoy quiero ser luz para los demás y vivir cerca de ti. En el nombre de Jesús. Amén”.