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¿Qué es importante para ti? Nuestras prioridades determinan el tipo de personas en las que nos convertimos y, finalmente, cómo será nuestra vida en su conjunto. Hoy, elige hacer de tu relación con Dios tu prioridad. Busca la sabiduría y la ayuda de Dios a la hora de tomar distintas decisiones. Concéntrate en amar bien a Dios y a otras personas. Dedica un momento para hacer una pausa y preguntarte: "¿Dios es mi máxima prioridad?". Si tu respuesta es "no", no tienes por qué sentirte avergonzado o apenado. Dios siempre nos sale al encuentro con amor y gracia. Podemos elegir priorizar o volver a priorizar nuestra relación con Dios sin importar cuál haya sido o sea nuestro pasado o presente.

Hoy puedes emprender una vida donde Dios sea el centro de tus prioridades. A medida que continúes desarrollando hábitos como la oración, la lectura de la Biblia y hablar de Dios con otras personas, experimentarás cada vez más la alegría que proviene de estar conectado cada día con el Dios que te ama.