El Poder Espiritual De La ConsagraciónSample

El pecado nos aleja de una consagración total.

El enemigo, la carne y el mundo quieren desviarnos de la madurez espiritual y, por lo tanto, también alejarnos de una verdadera consagración. ¿Cómo podrían lograr esto?

1. Seduciéndonos por medio de nuestra concupiscencia

El pecado es inherente a la naturaleza humana desde la caída. Pero incluso esa vieja naturaleza que ya fue crucificada con Jesús, encuentra modos para resucitar cada momento recordándonos quiénes éramos y tentándonos desde adentro de nuestro ser, tal cual está descrito en Santiago 1:14-15 RV60: “Sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte".

La estrategia es que nos quedemos atorados en el pecado y eso nos impida decidir por la consagración.

2. Engañándonos sobre el estatus que tenemos ante Dios

El pecado nos separa de Dios. Pero la buena noticia es que podemos restaurar nuestra comunión con el Señor a través del protocolo que Él mismo estableció en 1 Juan 1:9 RV60: “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad”.

Nuestra parte: Ser honestos y confesar. Dios debido a Su carácter de fidelidad y justicia cumple: Él perdona y limpia.

La estrategia es que creamos que es más fácil huir, escondernos, autoengañarnos y, en lugar de enfrentar el pecado con la obra de la cruz, lo dejamos ahí dando a luz más engaño. Como resultado, nos autoconvencemos que estamos bien. Pero, en realidad, ya sacamos a Jesús del trono y el ego tomó su lugar. La verdadera consagración no funciona en esta atmósfera espiritual.

3. Dejándonos impresiones falsas sobre Dios, nuestra relación con Él y el poder del pecado.

Hay algunas mentiras comunes que creímos en ciertas circunstancias y son las siguientes:

• El pecado es mayor que el Señor en nuestras vidas.
• Estamos solos en la tarea de vencer al pecado.
• No estaremos nunca aptos para ser usados por Dios.
• Somos tan vulnerables que no tenemos escapatoria.
• Nunca podremos cumplir las exigencias de un Dios Santo.

La estrategia es engañarnos para que nos quedemos en una relación de derrota permanente frente el pecado, impidiéndonos disfrutar de la guía del Espíritu Santo que quiere capacitarnos y llevarnos a hacer su voluntad.

La idea de Dios es otra: “Si entresacares lo precioso de lo vil, serás como mi boca”, dice Jeremías 15:19 RV60. Este pasaje nos recuerda que hay algo precioso que debe ser “entresacado” para ser usado (como Su boca). Nosotros escogemos si enfatizamos lo vil o lo precioso en nuestra vida.

No fuimos rescatados para relacionarnos con el pecado, sino para relacionarnos con el Dios que venció el poder del pecado en la cruz, dándonos nueva vida en Jesús. Desde esa posición nuestra consagración no solo es posible, sino indispensable.

TALLER DE VIDA

1. Con la ayuda del Espíritu Santo, haz una lista de los pecados inconscientes que puedes estar cometiendo.
2. ¿En qué mentiras comunes creíste? ¿Qué verdades de Dios destruyen esas mentiras?

ORACIÓN

• Ora al Espíritu Santo para que te saque de todo autoengaño interior y exterior.
• Pide perdón por toda mentira que creíste y sigue activa en ti.
• Pide al Espíritu Santo que te lleve a toda verdad, para así ser libre, por dentro y por fuera.
• Ora para que el Espíritu Santo te llene de Su presencia y te lleve a una vida de consagración permanente.