Mas Amando a Dios con la MenteMuestra

"Escuchen la voz de Dios"

Cuando Israel estaba a punto de entrar en la tierra prometida, Moisés les enseñó la lección más importante que cualquier ser humano debe aprender. Escuchen lo que dice Deuteronomio 8:3 (LBLA):

"Y te humilló, y te dejó tener hambre, y te alimentó con el maná que no conocías, ni tus padres habían conocido, para hacerte entender que el hombre no solo vive de pan, sino que vive de todo lo que procede de la boca del Señor".

Considere tres lecciones importantes en este versículo. Primero, la palabra genérica para los seres humanos, "hombre", indica que esta es una lección no sólo para Israel o para la iglesia, sino para la humanidad en general. Dios siempre declara a todos: ¡Presta atención! Yo soy tu Creador y Señor.

En segundo lugar, el término "vivir" tiene dos significados. Se refiere a la existencia física, como nuestra necesidad de comida, agua, refugio y poder económico. Pero también se refiere a nuestra calidad de vida, que significa Shalom, que es la capacidad de florecer y prosperar. Los seres humanos realmente prosperan cuando escuchan y obedecen la voz de Dios que les habla en la creación y su Palabra.

En tercer lugar, el verbo hebreo para "escuchar" se traduce de tres maneras: "escuchar", "oír" u "obedecer". Idiomáticamente, el verbo implica este significado: "¡Presta atención y haz lo que se te indique!" De hecho, el modismo hebreo "escuchar la voz de" significa reconocer a un hablante con autoridad que espera que se sigan sus instrucciones. En Deuteronomio, "escucha la voz del Señor" aparece veinte veces. Otras frases incluyen "escuchar": "el mandamiento del Señor" (28:13) y "mis palabras" (4:10).

Así como se esperaba que el antiguo Israel usara sus mentes y escuchara la voz de Dios, nosotros, en la iglesia, debemos escuchar, pensar y obedecer. Recuerden lo que Dios dijo acerca de Jesús, “Este es mi Hijo, mi Escogido; a Él oíd” (Lucas 9:35). Jesús es nuestro modelo para escuchar y amar a Dios con el corazón, la mente, el alma y la fuerza (Marcos 12:30).

Debemos prestar atención a las instrucciones de Dios y aprender a entenderlas. De hecho, nuestra doctrina de las Escrituras implica que somos estudiantes perpetuos. Siempre debemos tener curiosidad por aprender más sobre Dios, su palabra y su mundo. Para decirlo de otra manera, escuchar a Dios significa que estamos siempre transformándonos y arrepintiéndonos.

•A menos que se indique lo contrario, todos los versículos de la Biblia en este plan son de La Biblia de las Américas (LBLA)